"El gran pensamiento, la gran preocupación, la gran ansiedad del Hombre es restringir, tanto como sea posible, los límites de su propia responsabilidad"
~ Giosuè Borsi (1888 - 1915)
He regresado al placer de la oficina local, y ello implica mucha más ridícula seguridad informática: restricciones en los sitios que puedo visitar, bloqueos, trabas y paredes electrónicas que por desgracia me han impedido crear, compartir y actualizar mis entradas. Es como si quisieran que trabajara o algo.
Sin mencionar toda las medidas dracónicas sobre electrónicos, cargadores, cables transmisores y otros aparatos que te hacen ser tacleado por portar un cable USB en una empresa en la que todas las computadoras tienen bloqueados absolutamente todos los pinches puertos.
Estas medidas de seguridad existen por una razón.
Por "esa persona".
Verán, el otro día fuí invitado a una boda en un hotel en la playa y tuvimos que pasar circo, maroma y teatro para poder entrar al no habernos hospedado en el hotel del evento. Hoy, cuando me entero de los destrozos que causaron algunos invitados que no saben cuándo dejar de tomar alcohol, ya sé por qué tanta restricción y recato: por "esa persona".
Toma cada una de las reglas, normas o leyes dracónicas, exageradas, inútiles, y brutalmente estúpidas que te puedas imaginar de cualquier institución, sistema o sociedad y te aseguro mi empanizado a que la razón por la que existen es por "esa persona" que de alguna manera logró hacerle la vida miserable / romper algo / arruinarlo todo por no tener esa regla impresa y creerla de sentido común* o simplemente haberla abusado por ser un astuto cabroncete.
*Sí, sé que el sentido común es el menos común de los sentido y que yo en lo particular tengo el sentido común de una rana de la selva amazónica, pero incluso yo sé que no hay que defecar en el lobby de un hotel.
Por mucho que me hace echar espuma por la boca del coraje, no puedo culpar - demasiado - a las instituciones/empresas/sociedades por aplicar dichas medidas de seguridad, después de todo deben responder a las amenazas o mitigar los riesgos para continuar operando. Me molestan de sobremanera las políticas irracionales o sobreprotectoras, pero por lo menos se entiende que deban defenderse contra "esa persona".
Y digo defenderse porque es gracias a "esa persona" que descarga e instala aplicaciones personales en la lap del trabajo por lo que estamos agarrados de las gónadas en lo que a permisos se refiere y no podemos ni siquiera indexar nuestros propios archivos; es gracias a "esa persona" que se la pasa en sitios pornográficos por lo que no podemos buscar ni siquiera hospitales en la red de la empresa; es gracias a "esa persona" que invariablemente come tacos de hígado encebollado por lo que no nos dejan comer un paquete de cacahuates japoneses en la oficina; etc., etc., etc. y lo que no entiendo es por qué no se habla con/castiga a "esa persona" para que deje de pinche hacerlo en vez de jodernos la existencia a todos los pinches demás.
No, no me importa que "esa persona" haya sida bendecida con poco trabajo y tenga tiempo que perder en solitario o faisbuk; no, no me importa que "esa persona" tenga un líbido incandescente; no, no me importa que "esa persona" realmente necesites el hierro que provee el hígado encebollado; "esa persona" tiene que entender que existe en una sociedad y que si lo atrapan con algo indebido muy probablemente terminará en una regla general que nos afectará a todos**.
**Ya despotricaré en otra entrada sobre esa puñetera necesidad moderna de que por algunos paguemos todos.
Por tanto, lo único que me queda es apelar a la responsabilidad de cada uno de nosotros para que nos monitoreemos y no seamos "esa persona", o mínimo pedirle a nuestros amigos que nos llamen la atención cuando estemos siendo "esa persona". ¿Por qué? Porque "esa persona" es un regrandísimo imbécil, y por su culpa perdemos todos.
!Saludos!
Atte,
El Kushiage
~ Sí, pueden reemplazar "esa persona" por "ese imbécil", estoy seguro que les ayudará a identificarlos.