martes, 12 de mayo de 2015

De Brochetas y Bolitas Ruidosas

"Los hombres obtienen tanto respeto como el que ellos están dispuestos a entregar"
~ Ralph Waldo Emerson (1803 - 1882)

Como discutí en mi entrada sobre los mantras enfadosos, tengo el umbral de tolerancia a cosas molestas tan grande como la educación de nuestro actual presidente. Es difícil vivir así, la verdad, y siendo un neurótico descomunal es mi responsabilidad mirar hacia mis semejantes cuando algo me desquicia, si a ellos también los molesta, probablemente mis razones para aventar al enfadoso al tráfico son válidas.

¿Qué me deschaveta esta vez? Verán, en la oficina hay una persona que trae una "tikitaka" o "tronadora", un juguete que consiste en un par de bolitas de plástico duro atadas a una cuerda que hacen un ruido infernal cuando se chocan entre ellas*. Ilustran un interesante principio físico, pero son enfadosas como ese perro chihuahua que simplemente no se calla a las dos de la mañana de un lunes.

*Las cuales, por cierto, me fueron prohibidas por todos los amigos oftalmólogos de mi madre, aparentemente el chocar de ellas puede desprender esquirlas que brincan a los ojos.

También conocidas como las !TAC-TAC-TAC-TAKA-TAKA-TAKA-TAKA-TAKA-TAKA-TAKA-TAKA-TAKA-TAKA-TAKA-TAKA-TAKA-TAKA-TAKA-TAKA-TAKA-TAKA-TAKA-TAKA-TAKA-TAKA!

Esa persona forma parte de un grupo de compañeros que cargan con un cerdo de plástico que hace un ruido bastante molesto y a lo largo del día se están disparando entre ellos con pistolas Nerf. Eip, son "esas personas".

Me es difícil juzgarlos, la verdad: están en un proyecto cuyo cliente - si mi memoria no me falla - ya ha quemado tres equipos completos; la chamba es pesada y tienen que liberar estrés, lo entiendo. Quizás no tuvieron infancia, quizás los juguetes de hoy en día son demasiado irresistibles, no lo sé. Lo único de lo que estoy seguro es que la fila donde se sienta su servidor es también una periquera fenomenal, por lo que no puedo arrojar piedras si vivo en la casa de cristal cortado más fino que se puedan imaginar.

Pero, ah, esas puñeteras bolitas.

Mi política personal es, como ustedes bien saben, "nunca te pelees con alguien que te pueda ser útil", así que decidí acercármele y pedirle de favor que lo dejara de hacer, argumentándole que ese ruido me causaba molestia.

Y entonces hizo lo que - en mi humilde opinión - separa a las personas comunes de aquellas que necesitan desesperadamenet un puñetazo en el rostro**: lo volvió a hacer y con más fuerza.

**O los niños, que a veces es lo mismo.

Me vino a la mente, así, un globo de regalo que leí el pasado fin de semana cuando iba por unas flores para mi madre:

"Mamá, gracias por el amor, el cariño y los chanclazos"

Es, hasta este momento, cuando agradezco haber sido educado con firmeza. Mis padres me chancleaban, sí, y gracias a ello desarrollé un síndrome que se conoce como "respeto por los demás".

Gracias, queridos padres, por haberme educado bien. Y aquél que haya inventado esas jodidas bolitas para que cayeran en manos de estos pelafustanes, espero que por siempre confunda la sal con el azúcar condenándolo a una vida de sopa dulce y café salado.

!Saludos!
Atte,
El Kushiage
~ !TAC-TAC-TAC-TAC-TAC-TAKA-TAKA-TAKA-TAKA-TAKA-TAKA-TAKA-TAKA-TAKA-TAKA-TAKA-TAKA-TAKA-TAKA-TAKA-TAKA-TAKA-TAKA-TAKA-TAKA-TAKA! 

(╯°□°)╯︵ ┻━┻

lunes, 4 de mayo de 2015

Tienes Que Leer: La Cuna de Gato

"La Esperanza es el único mentiroso universal que nunca pierde su reputación por veracidad"
~ Robert G. Ingersoll (1833 – 1899)


He de admitir que pocos libros me han cautivado como lo hizo "La Cuna de Gato", escrito por el autor norteamericano Kurt Vonnegut en 1963.

Lo tomé como cualquier libro que tengo en mi lista de pendientes: sin investigarlo, sin leer reseñas, sin ver sinopsis, sólo abrirlo y permitirle al autor llegar a mi alma. Si la vida es un chiste, Vonnegut lo entiende. Su religión ficticia, el Bokononismo, no sólo es una hilarante y mordaz crítica a las religiones y movimientos "New Age", es la más hermosa interpretación de por qué son necesarias.


Si les suena el nombre es porque ya había recomendado un libro suyo, Matadero Cinco, y aunque aquella novela es excepcional, opino que ésta lo supera. En "La Cuna de Gato" conocemos a John, un hombre común y corriente que desea escribir un libro sobre lo que estaban haciendo personas importantes "el día que terminó el mundo", esto es, el día que se soltó la bomba atómica sobre la ciudad de Hiroshima.

Así, conoce a Newt Honniker, hijo de Felix Honniker, el brillante y distraído padre de la bomba atómica y ese será el primer paso en una larga travesía que lo llevará a investigar sobre la extraña familia, el terrible último invento de Honniker padre - El Hielo-Nueve - una semilla de hielo a temperatura ambiente que podría congelar toda el agua del planeta con una simple molécula, una república bananera en medio del Caribe, una bizarra e hilarante religión llamada "El Bokononismo" y, darse cuenta que lo más horrible no sería ser testigos del fin del mundo, sino de sobrevivirlo.

Como es el caso en las novelas de Vonnegut, está atiborrada de la perspicacia y sabiduría que proviene de haber sido un prisionero de guerra y haber laborado durante días enterrado cientos de cuerpos calcinados en fosas comunes.

El nombre de la novela hace alusión al juego infantil que consiste en hacer cruces con una cuerda a través de los dedos, de cómo les decimos a los niños que es una cuna de un gato, pero la terrible verdad es que "no hay maldito gato, y no hay maldita cuna".

Puedo confirmar que aquí hay exactamente cero felinos.

"La Cuna del Gato" es una brillante reflexión sobre las mentiras que nos contamos y cómo somos mejores o peores personas por ello. Es la más hermosa y atinada analogía que he leído sobre la religión, sobre esa dualidad de optimismo/pesimismo que caracteriza nuestra especie, y sobre todo de esa increíble capacidad que tenemos de engañarnos a nosotros mismos.

Curiosamente no es una historia pesimista ni deprimente, o bueno, lo es si te estás fijando en las cruces, es una historia de esperanza y que me confirma lo que yo ya sospechaba desde hace años: que enfrentado al prospecto de la muerte, lo único que puedo hacer es reírme.

!Saludos!
Atte,
El Kushiage

PD. ¿Buscas más recomendaciones de libros interesantes? Checa esta página donde listo otros más que he reseñado, quizás veas algo que te guste.

Fue Lunes...

"¿Cómo carajos podría un hombre disfrutar el ser despertado a las 8:30 AM por un reloj despertador, saltar de la cama, vestirse, comer a fuerzas, cagar, orinar, lavarse los dientes y peinarse, y luchar con el tráfico para llegar a un lugar donde esencialmente haces mucho dinero para alguien más y todavia te pidan que agradezcas la oportunidad de hacerlo?"
~ Charles Bukowski (1920 - 1994)


Fué Lunes.

Si hay algo peor que un lunes común y corriente, claramente es un lunes después de regresar de vacaciones. Es el equivalente de haber experimentado la mejor cena de tu vida para recibir la cuenta y ver que dejaste la cartera en casa; así se siente uno de estos lunes, una cuenta emocional que simplemente no tienes los fondos para pagar.

Otra cosa: desde el fondo de mi corazón, no puedo concebir como alguien puede - de manera honesta - desear un "!feliz lunes!". Es como desear "!feliz enfermedad crónica!". 

Es de pésimo gusto, simplemente no se hace.

Escucho a los optimistas e idealistas hablar y hablar sobre encontrar la felicidad y plenitud en el trabajo y no puedo sino pensar en lo que dice Kurt Vonnegut sobre el juego infantil "la Cuna del Gato", en el cautivante libro del mismo nombre:

"No me extraña que los niños crezcan locos. Una Cuna del Gato no es sino un puñado de X's entre las manos de alguien, y los niños pequeños miran y miran a todas esas X's ¿y qué es lo que ven? No hay pinche gato, y no hay pinche cuna".

¿Ven algún gato? ¿Cuál gato? ¿CUÁL GATO?

Hay veces en los que pienso que realmente vivimos en un mundo de fantasias de nuestra propia creación. Mierda, cómo odio los lunes.

!Saludos!
Atte,
El Kushiage
~ Los optimistas dicen "este vaso está medio lleno", los pesimistas dicen "este vaso está medio vacío", yo me considero con un tercer grupo, los realistas, que dicen "hey !este vaso tiene orines!".