lunes, 3 de julio de 2017

De Brochetas y Certificaciones

"En los exámenes los estúpidos preguntan cosas que los sabios no pueden responder"
~ Santiago Posteguillo (1967 - ) en su libro "La noche en que Frankenstein leyó el Quijote".

Mis estimados, les ofrezco una sincera disculpa por la falta de actualizaciones de la semana anterior, pero por azares del destino me vi involucrado en obtener una certificación, y fue - como han de imaginarse - toda una experiencia.

Verán, odio las certificaciones, la verdad; y la razón de mi aborrecer es porque las certificaciones son exámanes y CÓMO PINCHE ODIO los exámenes. 

Los odio con la intensidad de un billón de billón de soles. Con un rencor que se cristaliza a mi alrededor cada vez que me veo expuesto a uno. Si cada célula de mi cuerpo tuviese la consciencia suficiente, odiarían los exámenes con la misma furia incandescente que lo hace mi consciencia colectiva. Es más, si pudiesen, cada una de ellas levantaría sus microscópicas manitas para darle su energía a la colocal Genki Dama de venenoso desprecio que cargo encima de mí cada vez que me veo en la penosa necesidad de padecer un puñetero examen.

¿Por qué? Pues porque es es, en mi muy humilde opinión, la peor manera de evaluar el conocimiento obtenido. Me explico: en los exámenes vienen preguntas, y las respuestas que se espera de uno no necesariamente son las respuestas correctas, no, lo que se espera que regurgitemos es lo que el maestro DIJO QUE ES la respuesta correcta*. Hay una gran diferencia.

*En este caso el librito que te venden, o el curso que te ofrecen por una módica.

Menciono lo anterior porque el más valioso consejo que obtuvimos de aquellos que intentaron la certificación antes que nosotros fue el evitar otras fuentes de estudio, incluso aquellas recomendadas por la misma institución como valioso material bibliográfico. Es correcto: lo que más lamentan es haberse puesto a leer otras fuentes, a saber más, a aprender más, a prepararse mejor, porque ésto los expuso a respuestas que no se le ocurrieron al instituto que programó/subió el examen en línea y por lo mismo a marcar la respuesta mal; incluso cuando la respuesta fuese correcta en dos de tres libros y se aproximara más a la realidad.

Creo que de ahí proviene mi absoluto desprecio hacia los exámenes: es el único medio de evaluación en el que expander tu conocimiento y salirte del material de estudio te hace estar en desventaja. Peor aún en los exámenes de certificaciones donde el objetivo es que repruebes dicho examen. 

Porque no seamos inocentes: las instituciones de certificación son un negocio, y como tal su objetivo es obtener tanto de tu dinero como sea posible dentro del marco de lo legal**. No les interesa mejorar al mundo, no les interesa beneficiar a la humanidad, no es el foco de sus esfuerzos el preparar profesionales para el bien de la especie, su objetivo es que repruebes su examen cuantas veces sea posible. Porque vete a la mierda y dame dinero, por eso.

**Creo que lo mismo se podría argumentar sobre las escuelas privadas. 

Sí, estoy certificado, pero no sé si lo estoy por los conocimientos adquiridos sobre el tema o porque, gracias a los prolijos exámenes de prueba que compramos en otro sitio, me hice excepcionalmente bueno contestando ese examen en particular.

!Saludos!
Atte
El Kushiage
~ Nótese que sólo tengo experiencia en certificaciones teóricas, ignoro si las prácticas sean igual. 

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