"¿Qué pueden hacer los jóvenes con sus vidas hoy en día? Muchas cosas, obviamente. Pero lo más atrevido es crear comunidades estables en las que la terrible enfermedad, la soledad, pueda ser curada"
~ Kurt Vonnegut (1922 - )
Hoy, por azares del destino tuve que asesinar una hora de mi vida, para ser exacto de 7:30 AM a 8:30 AM, por lo que decidí hacerlo en un lugar donde pudiera estar sentado, refugiado del frío matutino y con una humeante taza de líquido en mis manos.
El lugar de mi elección fue un Sanborns* localizado en Av. Vallarta, casi antes de la glorieta de la Minerva. Para los que no lo conocen, es de esos pocos establecimientos que están abiertos 24 horas al día, y donde puedes ir a refugiarte sin que te molesten a esas horas insanas en las que tenemos que andar los ingenieros.
*Nombre que, por cierto, masacra la regla de ortografía que siempre va una "m" antes de la "b"; no estoy justificando a la Sra. Ninel pero sentía que era necesario decirse.
Después de haber entrado y de no recibir contestación a mi saludo de buenos días** me acomodé en mi lugar favorito en cualquier restaurante: donde mi espalda esté a la pared y pueda observar todo el sitio; iba solo y sin celular, por lo que la decoración y la gente debía bastar para entretenerme.
**Me imagino que trabajar ahí te deja como una concha vacía de ser humano, porque el servicio es consistentemente pésimo.
Sí, digo gente porque yo lo pensaba encontrar solo pero para mi sorpresa habían varias mesas ocupadas con caballeros de la tercera edad, todos muy bien presentados, recién bañaditos y olorositos***; todos con distintos periódicos, leyéndolos minuciosamente de cabo a rabo. Se veía que iban seguido pues les llamaban a las meseras por su nombre y algunos nuevos arribos hasta las saludaban de beso en la mejilla.
***Mi estimado, si te puedo oler a seis mesas de distancia con la gripa endiablada que traigo quizás es momento de quitarle algunos decilitros a la cantidad de perfume que te echas.
Pero eso sí, todos estábamos solos ¿Quiénes son estas personas? ¿Es parte de su rutina el estar ahí? ¿Acudirán ahí a alejarse de la ajetreada vida diaria o irán a compartir su soledad con los demás? ¿Serán esas visitas una manera de estar solos en medio de mucha gente? Mi subconsciente las había registrado en las visitas anteriores pero no fue sino hasta hoy que su presencia realmente llamó la atención. Ahí están, las personas solas, siempre en el fondo, perdidos en la decoración.
Lo interesante fue que cuando entré ellos sí me regresaban el saludo, aceptándome en su sitio sagrado, asintiendo con la cabeza mientras pasaba a su lado; quizás son de las pocas personas educadas que quedan en esta ciudad o quizás reconozcan a alguien como ellos que sólo busca una bebida caliente y algo de compañía mientras mata horas de su vida; después de todo tenemos algo en común: estamos solos en medio de mucha gente.
!Saludos!
Atte,
El Kushiage
~ El título iba a ser "De Brochetas y Viejitos en los Restaurantes" pero me pareció ofensivo. Incluso yo tengo límites.
PD. !Feliz Martes 13!
~ Kurt Vonnegut (1922 - )
Hoy, por azares del destino tuve que asesinar una hora de mi vida, para ser exacto de 7:30 AM a 8:30 AM, por lo que decidí hacerlo en un lugar donde pudiera estar sentado, refugiado del frío matutino y con una humeante taza de líquido en mis manos.
El lugar de mi elección fue un Sanborns* localizado en Av. Vallarta, casi antes de la glorieta de la Minerva. Para los que no lo conocen, es de esos pocos establecimientos que están abiertos 24 horas al día, y donde puedes ir a refugiarte sin que te molesten a esas horas insanas en las que tenemos que andar los ingenieros.
*Nombre que, por cierto, masacra la regla de ortografía que siempre va una "m" antes de la "b"; no estoy justificando a la Sra. Ninel pero sentía que era necesario decirse.
Después de haber entrado y de no recibir contestación a mi saludo de buenos días** me acomodé en mi lugar favorito en cualquier restaurante: donde mi espalda esté a la pared y pueda observar todo el sitio; iba solo y sin celular, por lo que la decoración y la gente debía bastar para entretenerme.
**Me imagino que trabajar ahí te deja como una concha vacía de ser humano, porque el servicio es consistentemente pésimo.
Sí, digo gente porque yo lo pensaba encontrar solo pero para mi sorpresa habían varias mesas ocupadas con caballeros de la tercera edad, todos muy bien presentados, recién bañaditos y olorositos***; todos con distintos periódicos, leyéndolos minuciosamente de cabo a rabo. Se veía que iban seguido pues les llamaban a las meseras por su nombre y algunos nuevos arribos hasta las saludaban de beso en la mejilla.
***Mi estimado, si te puedo oler a seis mesas de distancia con la gripa endiablada que traigo quizás es momento de quitarle algunos decilitros a la cantidad de perfume que te echas.
Pero eso sí, todos estábamos solos ¿Quiénes son estas personas? ¿Es parte de su rutina el estar ahí? ¿Acudirán ahí a alejarse de la ajetreada vida diaria o irán a compartir su soledad con los demás? ¿Serán esas visitas una manera de estar solos en medio de mucha gente? Mi subconsciente las había registrado en las visitas anteriores pero no fue sino hasta hoy que su presencia realmente llamó la atención. Ahí están, las personas solas, siempre en el fondo, perdidos en la decoración.
Lo interesante fue que cuando entré ellos sí me regresaban el saludo, aceptándome en su sitio sagrado, asintiendo con la cabeza mientras pasaba a su lado; quizás son de las pocas personas educadas que quedan en esta ciudad o quizás reconozcan a alguien como ellos que sólo busca una bebida caliente y algo de compañía mientras mata horas de su vida; después de todo tenemos algo en común: estamos solos en medio de mucha gente.
!Saludos!
Atte,
El Kushiage
~ El título iba a ser "De Brochetas y Viejitos en los Restaurantes" pero me pareció ofensivo. Incluso yo tengo límites.
PD. !Feliz Martes 13!
Parece que cada vez más el mundo es triste y frio bro, pero la sociedad lo olvida frecuentemente, hasta que volteas a ver a las personas de la tercera edad, viejos, arrugados y abandonados; esperando solo una sonrisa que les recuerde el contacto humano... y a pesar de todo centinelas implacables de una sociedad que se desmorona día tras día... sin poder hacer nada más que contemplar ese derrumbe con sus ojos cansados de sollozar por lo perdido
ResponderEliminarY tal vez llegue el dia, como en la noche de los trifidos, en que seran ellos quienes deban salvarnos de nosotros mismos al recordarnos lo que significa ser personas.
ResponderEliminarBuen pensamiento, algo para reflexionar.