jueves, 31 de marzo de 2016

Tienes Que Leer: Ready Player One

"El inventar buenos juegos es una de las tareas más difíciles que los hombres pueden llegar a hacer, sin importar cuánto la desprecien otros"
~ Carl Gustav Jung (1875 - 1961)


"Ready Player One" ("Listo, Jugador Uno") es una novela de ciencia ficción distópica escrita por el autor estadounidense Ernest Cline en 2012. Imaginen que meten a "SnowCrash", "Neuromante", "Willy Wonka y la Fábrica de Chocolate" y "La Matrix" en una licuadora, agregando una furiosísima cantidad de cultura friki de los 80as, y tendrán una excelente idea de lo que se trata la novela.


El año es 2044 y el mundo es horrible: hambruna, guerra y una tremenda escasés de petróleo que ha sumido al mundo en una terrible crisis energética. Para escapar de la realidad, la mayoría de la gente vive sus vidas en el OASIS, una simulación de realidad virtual/Juego Masivo Multijugador en el que uno puede encontrar absolutamente todo: juegos, películas, escuelas, empresas, trabajo, etc.

El OASIS fue creado por "Gregarious Simulation Systems", una compañía estadounidense fundada por James Halliday y Ogden Morrow. Cuando muere Halliday, un genio de la programación y el diseño de videojuegos, anuncia a todos los usuarios del OASIS que le dejará su fortuna y el control de la simulación a aquél jugador que encuentre su "Huevo de Pascua*", el cual se encuentra ridículamente escondido.

*El término proviene de "Easter Egg", literalmente "Huevo de Pascua", que es un detalle o referencia oculto en un videojuego o media. Proviene del juego "Adventure" del Atari 2600 creado en 1979.

Así, seguiremos a Wade Watts, un muchachillo viviendo en una colonia de casas rodantes apiladas en las afueras de una ciudad en su obsesiva búsqueda por el huevo enfrentándose a otros cazadores, a enormes corporaciones que quieren conseguir el control de la simulación para lucrar con ella y la ridícula cantidad de piezas de trivia sobre la cultura de los 80as que sabía el creador del OASIS.

La novela es una historia de amor a la cultura estadounidense de los 80as, una que - para bien o para mal - muchos de nosotros nos vimos expuestos, por lo que estoy seguro que muchos ñoñazos como yo la disfrutarán ampliamente y se encontrarán sonriendo en más de una ocasión. Aquí hay referencias a Ultramán, Los Cazafantasmas, Calabozos y Dragones, La Guerra de las Galaxias, juegos de Nintendo, Atari, Sega, y una inumerable cantidad de películas y canciones clásicas ochenteras. Hay amor, hay aventuras, hay chistes y hay videojuegos. Todo lo bueno de la vida.

Sin embargo, enterrada bajo la furiosa masturbación con la cultura friki que es esta novela, hay una sutil crítica al escapismo de una vida en línea; hay una crítica a la tecnología y al aislamiento que genera, a la falta de contacto humano físico real, a la prevalencia del "chat", a la preferencia de un mundo virtual al mundo en el que realmente existimos; es un comentario que no se nos frota en el rostro, pero que está ahí para los que están poniendo atención.

La novela, además de ser fácil de leer, nos provee un vistazo a lo que puede ser nuestro futuro en la Tierra; y no sé ustedes pero con los problemas que estamos enfrentando por el cambio climático, la inminente escasés del crudo y la increíble tecnologia de Realidad Virtual que están en puerta no puedo sino ver la novela como una historia de advertencia envuelta en la historia más friki jamás contada.

Ampliamente recomendable.

!Saludos!
Atte,
El Kushiage
~ Digo, es un mundo en el que uno puede ser esclavizado por una corporación al no pagar sus deudas y ser obligado a trabajar para ella por el resto de su vida, pero esto no está tan mal, porque es infinitamente mejor que morirse de hambre y frío entre los siempre crecientes campamentos de refugiados. Dulce. Madre. Misericordiosa. Pero !hey, videojuegos! ¿verdad? ¿VERDAD?

PD. ¿Buscas más recomendaciones de libros interesantes? Checa esta página donde listo otros más que he reseñado, quizás veas algo que te guste.

martes, 29 de marzo de 2016

Sobre Esos Muebles Viejos

"Los años enseñan mucho de lo que los días nunca supieron"
~ Ralph Waldo Emerson (1803 - 1882)

Una de los aspectos que más me gustan de la "decoración moderna" es que uno no necesariamente necesita muebles/elementos decorativos del mismo estilo que los que ya tenemos en casa; es decir, una pieza de decoración debe armonizar, no necesariamente combinar.

Esta es una de las razones por las que tenemos chile, mole y pozole en la decoración de nuestro humilde hogar, y se ve bastante bien, creo yo: el lugar realmente se siente como - ustedes saben - un hogar, a diferencia de esos estériles ambientes minimalistas de catálogo en los que uno no puede creer que alguien realmente vive ahí.

¿Y cómo podría hacerlo? Los seres humanos nos diferenciamos de los otros animales en el sentido que poseemos toneladas de cachibaches inútiles pero absolutamente necesarias para nuestra existencia diaria*. Dichos tiliches necesitan almacenarse en cajones**.

*Sí, leíste bien. No, no creo que sea una contradicción.
**La alternativa es, por supuesto, que haya una montaña de trebejos a espaldas del que toma la fotografía.


Con eso en mente, el pasado fin de semana compramos en un bazar una diminuta mesita que usaremos para el teléfono/módem en nuestro hogar. Para nuestra sorpresa, cuando mi esposa la estaba restaurando y dándole una manita de pintura, nos encontramos con que ese mueble fue construido en 1951.

Mil novescientos cincuenta-pinche-y-uno. Eso lo hace oficialmente más viejo que todas las personas en mi familia cercana. Madre santa, esta cosa supera en edad a mis padres.

No sé por qué pero siento cierta reverencia hacia ese mueblecito. Este pedazo de madera unido con quién sabe qué carajos ha estado en esta tierra casi el doble de años que yo ¿de cuántas historias no habrá sido testigo? ¿En cuantas tardes ociosas de domingo no habrá acompañado a sus dueños originales? ¿De cuantas risas? ¿De cuantas tragedias? ¿Qué tanto habrá contenido a lo largo de su considerable edad? No sé ustedes, pero eso se me hace increíble.

Como alguien que encuentra fascinantes los objetos viejos de uso cotidiano, no puedo sino sentir admiración hacia esta diminuta mesita que sigue en pie, estóica***, ahora dándole hogar a nuestro teléfono y módem que sirven como el corazón de la casa de cualquier noñazo de las computadoras.

***Y probablemente más fuerte que yo.

¿Soy el único a quien le sorprenden este tipo de cosas?

!Saludos!
Atte,
El Kushiage

jueves, 24 de marzo de 2016

De Brochetas Y Tornillos

"Por culpa de un clavo se perdió una herradura,
por una herradura, se perdió un caballo,

por un caballo, se perdió una batalla,
por una batalla, se perdió el Reino.

Y todo por culpa de un clavo."

~ Rima popular inglesa

Recuerdo que en nuestro primer hogar mi padre conservaba una variadísima colección de pijas, tornillos y clavos - con sus respectivos accessorios - en hermosas cajitas y muebles que él mismo hizo* y que cada vez que se necesitaba alguna de estas piezas de metal él hurgaba en sus botecitos/cajitas hasta encontrar el adecuado y completar su tarea.

*Las cajitas, no los tornillos. Aunque sólo le faltó tiempo, porque logró hacerse de un torno por un tiempo. Ciertamente mi padre es un estuche de monerías.

Esto es, en mi muy humilde opinión, lo que nos separa de los animales: el tener almacenados diminutos objetos puntiagudos que mantengan en pie nuestros muebles y objetos. Es lo que hace a un padre de familia un padre de familia, es lo que te coloca el título de "papá", es ese ritual que todos los hombres debemos llevar a cabo para madurar y considerarnos verdaderos hombres.

Ayer, mientras realizábamos una reparación a un mueble llegamos a necesitar un tornillo de una pulgada y 1/4**, y para mi gran sorpresa después de hurgar en el botecito de los clavos en el "papá-clóset" encontramos uno que servía para el propósito.

**El por qué seguimos usando esa imbécil notación en partes de cuerpo es tema para otra entrada.

No lo sé, ya soy un adulto y tengo una credencial que lo certifica, pero hay veces en las que me siento tan nuevo en todo esto que no dejan de sorprenderme estas pequeñas cosas - ahora tan naturales - que le aprendí a mi padre. Se une a la siempre creciente lista de momentos adultos, supongo. Mi padre estaría orgulloso.

!Saludos!
Atte,
El Kushiage
~ Seguimos activamente buscando los tornillos que me faltan. *badum tish!*

PD. Gracias padre por no haberme hecho un inútil.