"Nada es tan fatigante como la eterna espera de una tarea sin terminar"
~ William James (1842 - 1910)
Hace tiempo hice una entrada de broma sobre maneras de vencer la desidia, sin embargo ha recibido tantas visitas que decidí hacer la versión seria.
Verán, somos desidiosos por naturaleza, no podemos evitarlo. Estudios confirman que en general los primates somos desidiosos, pero nosotros los humanos somos astutos cabroncetes, conociendo la manera en la que pensamos podemos meterle zancadilla a ese horrible hábito de dejar al último las cosas.
Al verlo matemáticamente, me viene a la mente la "Ecuación de la Desidia" que desarrolló el Doctor Piers Steel en su libro del mismo nombre, ampliamente recomendable por cierto, en ella menciona 4 elementos de la motivación de realizar una actividad o meta:
~ William James (1842 - 1910)
Hace tiempo hice una entrada de broma sobre maneras de vencer la desidia, sin embargo ha recibido tantas visitas que decidí hacer la versión seria.
Verán, somos desidiosos por naturaleza, no podemos evitarlo. Estudios confirman que en general los primates somos desidiosos, pero nosotros los humanos somos astutos cabroncetes, conociendo la manera en la que pensamos podemos meterle zancadilla a ese horrible hábito de dejar al último las cosas.
Al verlo matemáticamente, me viene a la mente la "Ecuación de la Desidia" que desarrolló el Doctor Piers Steel en su libro del mismo nombre, ampliamente recomendable por cierto, en ella menciona 4 elementos de la motivación de realizar una actividad o meta:
- Expectativa de éxito: ¿Qué tan seguro estás que vas a lograrlo?
- Valor: ¿qué tan valiosa es para tí el realizar una actividad? Ojo, no confundirse con la importancia de la misma, sino con el valor percibido. Por ejemplo terminar esa novela que te gusta es mucho más valioso que terminar ese resumen que te pidieron para la escuela.
- Retraso: ¿para cuándo es la tarea?
- Impulsividad: ¿qué tan capaces somos de decidir cuando una tarea es importante y realizarla ahorita, o dedicar nuestro tiempo a otras tareas que se nos presentan y dejar la importante para el último?
Lo que nos deja con la ecuación:
Viéndolo así, nos resulta fácil ver que la mejor manera de aumentar la motivación es incrementar la recompensa de una tarea o lo agradable que pueda ser realizarla (valor) o incrementar la percepción de la posibilidad de alcanzar dicha recompensa. Ahora bien, dicha ecuación considera el tiempo, ya que entre más nos tardemos en recibir la recompensa de terminar dicha actividad, más desidia le haremos.
Pongamos a funcionar la ecuación:
El joven Genérico Genériquez está en la preparatoria y tiene que escribir un ensayo sobre el libro que leyó: El Laberinto de la Soledad. La importancia es enorme, pero el valor inmediato es terrible*; la expectativa es baja, porque no sé ustedes pero los ensayos en mis escuelas se califican según el humor del profesor; el retraso es enorme, porque se tiene que entregar a final del semestre y, por si fuera poco, la vida escolar de un adolescente está llena de distractores: otras materias, amigos, búsqueda infructuosa de una pareja**, videojuegos, etc., no hay manera en que el ensayo pueda competir.
*Nadie quiere hacer un maldito ensayo sobre el Laberinto de la Soledad. Nadie. Muéstrenme una persona que quiera hacer un ensayo sobre ese libro y les enseñaré un maldito mentiroso.
**Siento... siento que me estoy proyectando.
Como no podemos manipular el tiempo que contamos con la tarea, intentemos influenciar los factores sobre los que sí tenemos control:
- Incrementar la expectativa de triunfar.
- Incrementar el valor de la tarea (hacerla más agradable o con una mejor recompensa).
- Decrementar la impulsividad.
Parecería que están fuera de nuestra alcance, pero les tengo buenas noticias: somos animales entrenables. Pavlov tenía razón, el condicionamiento existe y lo podemos explotar a nuestro favor, digo, ya nos entrenamos para la desidia, no veo por qué no podemos darle la vuelta.
1. Incrementar tu expectativa de triunfar
Realizar una tarea trae satisfacción, lo que motiva para realizar otra tarea que traiga satisfacción, lo que motiva para realizar otra más, y otra, y otra. El detalle es que deben ser cortas para evitar el problema del retraso. Somos adictos a la gratificación instantánea, podemos aprovechar eso para mentalizarnos y terminar una suceción de pequeñas tareas.
De la misma manera que los videojuegos nos piden ir avanzando de nivel en nivel, uno debe partir una tarea larga en pedazos bien definidos y recompensarnos cuando vayamos terminando dichos pedazos. Regresando al ejemplo del ensayo, no lo veas como que tienes que leer un libro completo, sino que tienes que leer un capítulo a la vez. Agrega un marcador visual que te indique tu progreso.
Esto en particular lo uso cuando tejo: no tengo que terminar un sueter completo, tengo que terminar ésta línea de ésta parte bien; es más fácil concentrarse en pequeñas partes a la vez para no abrumarse.
Ahora ¿en qué estado mental te encuentras? Leer libros de superación personal, ver películas o escuchar música inspiradora ayuda. Es en serio, suena trillado pero ayuda. La motivación no necesariamente puede venir de dentro de nosotros, es bueno saber de dónde sacarla cuando se nos acaben las reservas de optimismo.
2. Incrementar el valor de la tarea
Es difícil estar motivado cuando lo que tenemos que hacer tiene muy poco valor para nosotros o lo que es peor, que es desagradable para nosotros***; afortunadamente, éste valor también es relativo y nos podemos entrenar para aumentarlo, he aquí algunas ideas:
***Como el trabajo. Nuevamente, enséñame a alguien que trabaja con gusto y te enseñaré a alguien que no hace su trabajo con la seriedad necesaria; alternativamente es alguien que no quiere regresar a casa.
Si la tarea es horriblemente aburrida, intenta hacerla más difícil hasta que llegue a tu nivel de habilidad; trata de escribir ese párrafo del ensayo sin usar la letra P, por ejemplo, o imagina desnudos a todos los personajes de esa novela, o en un ambiente "steampunk".
Alternativamente, piensa en el significado que tiene la tarea; ve que es un eslabón en una cadena: necesito terminar este reporte porque será reflejado en mi calificación laboral, que se verá reflejado en si me aumentan el sueldo o no.
Finalmente, recompénsate cuando tienes que hacer algo horrible; Mary Poppins tenía razón: un poco de azúcar ayuda a pasar la medicina. Junta una actividad con un placer personal, por ejemplo yo tengo que hacer un reporte abominable cada dos semanas, ese es el momento de unas deliciosas chokis**** y un buen café.
****Ignoro por qué siguen intentándolo las compañías panaderas, la galleta más sabrosa del universo ya existe, la chokis.
3. Controlar la impulsividad
La impulsividad se define como la tendencia a inhibir las respuestas iniciales y a reparar en ellas con el fin de evaluar su grado de importancia. Si eres impulsivo actuarás en vez de detenerte a valorar la importancia de lo que se te presenta contra lo que ya tienes pendiente.
¿Cómo vencerla? Aquí hay algunos métodos:
Haz que no te quede alternativa ¿necesitas acabar un reporte muy importante? Cierra tu cliente de correo, desconecta tu teléfono, que nadie te moleste. Desconecta tu televisión, bloquea Faisbuk, etc.; haz que sea imposible distraerte.
Ponte metas inteligentemente, metas que sean:
- Específicas: Que no sean vagas, no digas "voy a aprender a tocar guitarra", di "quiero aprender a cambiar entre los acordes Re, Do y Mi"
- Medibles: Define cuándo las alcanzaste, continuando con lo anterior, no digas "quiero que el cambio se escuche bien" di "quiero cambiar entre acordes a 50 percusiones por minuto".
- Alcanzables: Deben ser posibles para un ser humano de alcanzar. No pienses perder 10 kilos por semana en tu dieta a menos que empieces a quitarte extremidades.
- Realistas: Considerando tu habilidad actual, considera cuánto puedes alcanzar en el tiempo indicado abajo.
- Sujetas a un Horario: ¿En cuanto tiempo? ¿Unas 3 horas? ¿Un día? ¿Un semana?
- Retadoras: Si no, te aburres.
- Significativas: Que valgan algo para tí.
Estos dos últimos conceptos de lo que hemos discutido anteriormente. Tampoco subestimes el poder de partir las tareas en pedazos, haciendo alusión al ejemplo de los capítulos.
¿En resumen, Brocheta?
Si somos desidiosos es porque nosotros nos entrenamos para serlo, las buenas noticias es que así como aprendimos a caminar, podemos aprender a dejar de ser desidiosos. Basta motivarnos y, muy importante, detectar cuanto le estamos haciendo desidia a alguna actividad para condicionarnos a atacarla.
Se puede, en verdad, el que diga que un perro viejo no aprende nuevos trucos es porque no lo ha intentado lo suficiente... sólo que tenga amnesia anterógrada, pero ahí ya no hay nada que podemos hacer por él y cuando termine de leer esto muy probablemente no recuerdes dónde está. En el blog de un ingeniero amargado, por si le interesa.
!Saludos!
Atte,
El Kushiage
~ La desidia es como la masturbación. Al principio se siente bien pero a fin de cuentas te estás jodiendo a tí mismo.
PD. Si les interesa saber más, les recomiendo el libro "La Ecuación de la Desidia" de Piers Steel.