"En la guerra sólo te pueden matar una vez, pero en la política, varias"
~ Winston Churchill (1874 - 1965)
Después del ridículo que el precandidato a la presidencia de México su hija, Paulina Peña Petrellini, nos hizo el favor de entregar la siguiente joya por el twitter, tomado de aquí:

~ Winston Churchill (1874 - 1965)
Después del ridículo que el precandidato a la presidencia de México su hija, Paulina Peña Petrellini, nos hizo el favor de entregar la siguiente joya por el twitter, tomado de aquí:

Por supuesto, causó revuelo. Y debería hacerlo, maldita sea; todavía que alimentamos a éste parásito con los impuestos que nos quitan* ¿tiene el descaro de insultar a todos aquellos que nos ganamos el pan con el sudor de nuestra frente? Sin embargo, me enteré que ayer 6 de diciembre, el filósofo y ensayista Hector Jesús Zagal Arreguín le escribió una interesante carta a este engendro mamoncete, leamos:
*Porque nosotros no pagamos impuestos, conste, a nosotros nos QUITAN impuestos.
No tengo el gusto de conocerte personalmente. No sé cómo eres, desconozco tus cualidades, tus aficiones, tus intereses. Entiendo tu molestia al escuchar las críticas a tu padre, Enrique Peña Nieto. Son gajes del oficio. Deberás irte acostumbrando a los ataques contra él. En una democracia, la crítica es un ejercicio fundamental. Tu padre es una figura pública y, por ende, sus actos serán juzgados con rigor. “¿Por qué son tan duros con él?”, te preguntarás. Bueno, los funcionarios públicos ganan mucho dinero. Hay miles de personas dispuestas a sufrir críticas y cuestionamientos con tal de figurar en la nómina oficial. El sueldo bien vale esos golpes. ¿No?
Pero no es de tu padre de quien quiero hablar, sino de ti. ¿Te confieso algo? Me aterra que hayas utilizado la expresión “hijos de la prole” como un insulto. Insisto, es disculpable que te enfades por la burla hacia tu padre. No me asustaría que los llamaras “babosos”, “tontos”. Es más, no le preocupa el que nos hayas llamado “pendejos”. En cambio, no se puede excusar tu menosprecio a los hijos de los trabajadores, de los obreros.
¿Oíste del escándalo de las Ladies de Polanco? Descalificaron a un policía llamándolo “asalariado”. Algo similar hiciste tú: descalificas a la mitad del país por su condición social. ¿Qué tiene de malo ser hijo de un obrero? Sabes, yo soy nieto de un minero, un proletario. No me da vergüenza decirlo. ¿Te avergonzarías de tu padre si fuese un vendedor de tamales o un plomero?
Tu padre, que ha leído la Biblia, te puede recordar una frase de Jesús en el Evangelio: “De la abundancia del corazón, hablará la boca”. Sin pretenderlo, con tus palabras has revelado tu clasismo. Desprecias el trabajo manual. Minusvaloras a quienes se mantienen con su esfuerzo. ¡Qué tristeza que así piense la hija de un candidato presidencial!
“Hijos de la prole” son, en efecto, quienes estudiaron en escuelas públicas, quienes utilizan el metro, quienes no comen cortes argentinos y quesos españoles, quienes no utilizan zapatos de miles de pesos, quienes no se atienden en el hospital ABC, quienes no viajan en helicóptero. Los hijos de la prole, por el contrario, deben hacer largas horas de filas en las clínicas del seguro social, deben comer carbohidratos (tortillas), deben estudiar en salones sin computadoras, deben apretujarse en los transportes públicos. Los hijos de la prole, querida Paulina, ganan en un año lo que tu padre gana en una semana.
Cuando leas estas líneas has el siguiente ejercicio. Revisa lo que llevas puesto encima: perfume, cremas, desodorante, ropa, zapatos, celulares, aretes. Suma el total. ¿Sabes que traes encima más de lo que una indígena gana durante un año de trabajo duro?
Paulina, me da terror que pienses así. Tu lapsus reveló tu “realidad”: vives en una burbuja color de rosa. “Hijos de la prole” no es un insulto, sino un título honorable. Este país, que tu padre aspira a gobernar, depende de los obreros, de los campesinos, de los empleados, depende de esas personas a quienes menosprecias.
Ojalá este gravísimo desliz, no sea fruto de la educación que recibiste en casa. Ojalá y sea culpa tuya, fruto de tu arrogancia (tan propia, eso sí, de la clase alta mexicana). ¿Qué será de México si lo llega a gobernar una persona que desprecia al proletariado?
Mira Paulina, me parece que por tu bien, debes inscribirte en una escuela pública, reducir tu escolta al mínimo, tomar el metro en horas pico, y ponerte a trabajar. Por si no lo sabes, muchos de los “hijos de la prole” se pagan sus estudios con su trabajo: los hay campesinos, vendedores, obreros. Algunos trabajan desde niños.
Paulina, haz puesto en riesgo el futuro político de tu padre. Pero lo que es más grave: pones en peligro en riesgo el futuro de México.
Muy bien versado y horriblemente cierto. Es algo que menciono mucho y lo sostengo: en el gran esquema de las cosas vale más el trabajo de la señora que nos hace el favor de llevarse la basura de la oficina que estos regrandísimos ociosos políticos.
!Saludos!
Atte,
El Kushiage
~ Ojalá y estuviera bromeando, pero conozco gente que votará por éste imbécil sólo porque está guapo.
PD. Gracias Don Héctor Zagal, por su comentario tan atinado. Ojalá y éste momento en el que el Sr. Peña Nieto enseñó lo ignorante que es y lo mal que educa a sus hijos no se nos olvide cuando estemos votando.
PD2. Una disculpa a todos aquellos que nos visitan de otras partes del mundo, ya prometo dejar en paz a los políticos y poner recetas navideñas.