viernes, 17 de junio de 2011

De Brochetas y Cumpleaños (Propios)

"Envejecer no es tan mala cuando consideras las alternativas"
~ Maurice Chevalier (1888 - 1972)

Odio cumplir años.

No me malinterpreten, no temo envejecer, estoy consciente que absolutamente todos vamos a morir y que hay que vivir la edad que tenemos. Me rehuso a ser de esos imbéciles que se pintan el pelo por vanidad, compran un auto deportivo, salen con mujeres más jóvenes que ellos o empiezan a usar la jerga de las nuevas generaciones cuando, deprimidos, intentan agarrarse con las uñas a su juventud. La edad es mental*, siempre lo ha sido, la frase "No te quejes de envejecer que a muchos se les niega ese privilegio" tiene puños de razón, especialmente si como yo has visto muchos amigos irse muy jóvenes.

*Por eso en los cuestionarios siempre escribo que tengo 928.

Una vez establecido eso, vuelvo a mi argumento: a la mierda con los cumpleaños. Soy reservado, odio las fiestas, no me gustan las sorpresas y - bendita sea mi suerte - tengo todo lo que necesito**.

**Comida, techo, salud, trabajo y una mujer que me ama ¿qué más puedo pedir?

Antes de cementar mi posición como "Bastardo Amargado del Año" por tercera vez consecutiva y de pensar que también odio a los arcoiris y gatitos, permítanme explicar por qué.

Mi aversión a estas malditas fechas se remonta a mi infancia, la mayoría de los recuerdos son borrosos pero si mi memoria no me falla, algunas de las razones eran: día de limpieza general, o de limpiar el depósito de agua, no había tiempo o dinero para fiestas o simplemente día laboral y pues, muchas gracias, lo festejamos "luego".

Mi adolescencia grabó en piedra el odio cuando noté el patrón que mi cumpleaños era, sin excepción, el peor día del año: había discusiones familiares, peleas, problemas en la escuela o era uno "de esos días" en los que el universo despierta y dice "Vaya, creo que hoy voy a hacer miserable a la Brocheta, el muy mamoncete no ha sido fastidiado en 364 días".

Mi hermana no me puede dejar mentir, ella le tiene el mismo temor y coraje que yo a los cumpleaños***, ignoro por qué pero esos días eran una serie de catastróficas desgracias y, al no poder salir solo, no poder ingerir alcohol, tener la familia alejada y no poder hacer fiestas en las casas no había mucha gente con la que me podía relacionar y divertirme y, aunque soy el primero en salir a defender a mi familia nuclear, no somos exactamente las personas más equilibradas.

***Asumo que es porque que ella tiene mucho mejor memoria que yo. Lo que la hace una bastarda amargada infinitamente peor que yo. Yo por lo pronto encontré alguien que me soporte, no creo que ella encuentre lo mismo.

¿Hoy, hombre maduro, casado y según eso responsable? Soy llevado pateando y gritando a la celebración de mi nacimiento por mi esposa, sé que tiene buenas intenciones y le agradezco el esfuerzo, pero el daño está hecho, en cuanto pueda me desapareceré para jugar videojuegos y que me dejen en paz. Para todos a mi alrededor el día de tu cumpleaños es algo grande que merece celebrarse, a mí no podría importarme menos y, es más, prefiero estar encerrado jugando tranquilamente que es algo que no puedo hacer todos los días.

Con más arrugas, más achaques y cada vez más canas entre el campamento de pelos refugiados de guerra a la que llamo cabellera****, me entristezco el festejo de mi nacimiento no por los malos ratos que pasaré ese día sino porque sirve como horrible recordatorio que me queda un año menos.

****Muchos, pero no acomodados de manera uniforme y algunos formando bandas y grupos para expulsar a los otros. Creo que las patillas quieren formar una revolución, los del casco de la cabeza no tienen oportunidad.

Me entristece que a estas alturas muchos de mis sueños de la infancia ya caducaron y que no se podrán llevar a cabo, hay gente que me necesita y depende de mí tanto laboral como personalmente y ellos van primero a mis caprichos; me entristece que me acerco a esa edad en la que me tengo que hacer exámenes periódicos; me recuerda que me queda menos tiempo a un lado de la mujer que amo y familia y me recuerda, sobre todo, que no estoy contento cómo están las cosas en el evento que mañana ya no esté.

Supongo que en vez de deprimirme debería ir a hacer algo al respecto ¿verdad?

!Saludos!

Atte,
El Kushiage
~ Estoy convencido que el día que me detecten una enfermedad terminal será después de mi primer abrazo de cumpleaños.

PD. ¿Cuántos años? Uno más de los que creía que duraría, para ser honestos. Y esa cantidad permanece constante.

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