jueves, 11 de abril de 2013

De Brochetas y Críticos de Cine

"La crítica puede que no sea agradable, pero es necesaria. Cumple la misma función que el dolor en el cuerpo humano. Llama la atención a una situación enferma."
~ Winston Churchill (1874 - 1965)


El pasado 4 de abril dejó de existir Roger Ebert.

Para aquellos que no tuvieron el gusto de saber quién era o de leer sus reseñas, fue el crítico de cine mas famoso en los Estados Unidos. Trabajó para el Chicago Sun Times desde 1967 hasta su muerte y, en 1975 fue el primer crítico de cine que ganó el Premio Pulitzer de Crítica. El hombre publicó libros y docenas de colecciones de sus reseñas y tenía una manera muy peculiar de ver el cine, pero de eso más adelante.

Trabajó junto con su colega crítico Gene Siskel en el show "Sneak Previews" en el 1975 hasta que se renombró "Siskel y Ebert en las Películas" en el 86 para finalmente continuar hasta el 1999 cuando Siskel murió.

Eran muy peculiares en su manera de reseñar, Roger Ebert siempre vió al cine como una experiencia general, mientras que Siskel se fijaba mas en los detalles y en lo particular; discutían como uno lo haría con los amigos: directo, honesto, contundente quizás con bromas agresivas y pesadas pero al fin de cuentas como amigos de toda la vida.

Lo que me hacía seguir las reseñas de Ebert era la importancia que le daba al cine y, sobre todo, la pasión con la que realizaba su trabajo. Era inspirador*. Reseñar películas no es difícil, lo que sí es difícil es hacerlo entretenidas, hacer las reseñas de tal manera que la gente quiera regresar. Y eso lo sé porque hay días en los que simplemente no sé qué carajos escribir en este espacio.

*E hilarante como se peleaban.

El tenía pasión. Estaba tan convencido que el cine es arte que en cada uno de sus escritos y reseñas nos contagiaba esa pasión y ese cariño que le tenía al medio. Veía el cine, como dije antes, como una experiencia; una experiencia que incluia lo que tú traías contigo y lo que te llevabas cuando veías una película.

Y eso es lo que me deja la vida de Roger Ebert, que aunque uno se enfoque en algo que en el gran esquema de las cosas es insignificante, como es reseñar, hay que hacerlo con pasión. Ojalá y yo tuviera la mitad de la pasión que él tenía sobre el cine para lo que sea.

Hoy el mundo es un poco menos chistoso, un poco menos inteligente y un poco menos apasionado.

Es nuestra responsabilidad elevar esos promedios de nuevo.

!Saludos!
Atte,
El Kushiage

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