domingo, 30 de agosto de 2015

Tienes que Leer: Una Mirada a la Obscuridad

"Las ilusiones nos caen en gracia pues ahorran dolor y nos permiten disfrutar en vez, placer. Por tanto debemos aceptar sin quejarnos cuando a veces choquen con un poco de realidad y se hagan pedazos"
~ Sigmund Freud (1856 - 1939)

"Una Mirada a la Obscuridad" (A Scanner Darkly) es una novela publicada por el autor norteamericano Philip K. Dick* en 1977. Es una de sus novelas más famosas y ganó el premio de la Asociación Británica de Ciencia Ficción (BSFA por sus siglas en Inglés). Luego fue adaptada al filme en 2006 utilizando la técnica del rotoscopiado, que se basa en dibujar sobre imágenes reales ya filmada. También interesante por si gustan echarle un vistazo.

*De él recomiendo "¿Sueñan los Androides con Ovejas Eléctricas?" y "Ubik", excelentes las dos.

En ella se nos presenta un futuro** distópico en el que los Estados Unidos perdieron la guerra contra las drogas y se estima que aproximadamente el 20% de la población es adicta a alguna substancia. La más dañina y letal es la "Substancia M" - la Muerte Lenta -, misma que gradualmente destruye la habilidad de percibir la realidad y en ocasiones hasta de pensar con claridad.

**Bueh, "futuro" entre comillas. Fué escrita en los 70s, el "futuro" en ese entonces era 1992.

La droga es orgánica, pero el gobierno no ha encontrado al productor. Para ello, la policía ha convertido al país en un Estado monitoreado, y los oficiales encubiertos abundan.

Para evitar la corrupción y desalentar la colusión con el crimen organizado, dichos oficiales deben usar un traje especial mientras realizan trabajo en las oficinas de la policía, el traje es una membrana delgada que proyecta combinaciones de imágenes de millones de personas de manera aleatoria y además de alterar la voz, de tal forma que es imposible determinar la identidad - sexo incluido - de una persona bajo ese traje.

Así, conocemos a Robert Arcter, un perdedor adicto viviendo en el Condado Naranja en California con otros adictos que realmente es un policía encubierto de nombre código "Fred". Él ha sido encomendado acercarse a Donna Hawthorne, una distribuidora de la Substancia M con el fin de subir el escalafón y eventualmente llegar al productor. A lo largo de la impresionantemente deprimente novela, nos adentraremos en un mundo de drogas, efectos secundarios, hilarante diálogo y - como es común en las novelas de el Sr. Philip K. Dick - una sensación de desorientación y confusión sobre lo que es real y lo que no.

La novela es magnífica. La manera en la que se mezclan los diálogos del narrador y los pensamientos de los personajes nos ayudan a simular la confusión mental y emocional ocasionados por la droga. Los personajes, los diálogos y las situaciones se sienten reales y es porque fueron reales. En palabras del autor "todo lo que sucede en 'Una Mirada a la Oscuridad' realmente lo vi". Dick se hizo dependiente a las anfetaminas entre 1970 y 1972, adicción que terminó dañando su páncreas irremediablemente, ocasionándole una muerte temprana en 1982.

Es, desde mi muy humilde opinión, una novela que - junto con el filme "Requiem por un Sueño" de Aronofsky - deben ser presentadas a los jóvenes; no es una novela moralista, no, aquí no hay moraleja, es un recuento de lo experimentado en una vida bajo los efectos de las drogas y deja a nosotros obtener nuestras propias conclusiones.

En palabras de Philip K. Dick:
"Esta novela se ha referido a varias personas que sufrieron un castigo excesivo por lo que habían hecho. Deseaban gozar de la vida, pero eran como niños jugando en la calle.

Veían a sus amigos morir uno tras otro — atropellados, mutilados, destruidos—, pero ellos seguían jugando. Todos nosotros fuimos realmente felices durante algún tiempo, por más terriblemente breve que fuera.

El posterior castigo superó todo lo imaginable: no podíamos creerlo por mucho que lo viéramos. Por ejemplo, mientras redactaba esta nota me enteré del suicidio de la persona en que estaba basado el personaje ficticio de Jerry Fabin.

Un amigo mío, que luego me sirvió de modelo para describir a Ernie Luckman, murió antes de que empezara la novela. Yo también fui, durante algún tiempo, uno de estos niños que juegan en la calle. Intenté, como todos los demás, jugar en vez de crecer. Y recibí mi castigo. Soy una de las personas que aparecen en la lista que leerán casi al final de la nota, una relación de los individuos a quienes está dedicada esta novela y del estado en que quedaron."

Profunda, entretenida y sorprendente. Ampliamente recomendable.

!Saludos!
Atte,
El Kushiage
~ Bien, después de una buena editada la entrada ya es legible. No vuelvo a publicar a las 3 AM.

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