miércoles, 26 de junio de 2013

Cosas que Aprendí al (Intentar) Bailar Salsa

"Hay un poco de locura en bailar que le hace mucho bien a todo mundo"
~ Edwin Denby (1903 – 1983)


El otro día tuve la oportunidad de ir a bailar Salsa al MamboCafé, un establecimiento ubicado en Av. Hidalgo esquina Av. Chapultepec aquí en Guadalajara.

Fue una buena experiencia, excelente ejercicio y, entre canciones, un buen lugar para reflexionar algunas de las...

Cosas que Aprendí al (Intentar) Bailar Salsa
  • Primeramente, que no puedo hacerlo.
  • Sin embargo, tampoco lo podían hacer el 95% de los caballeros que nos acompañaban en la pista de baile.
  • Mi esposa baila como modelo. Yo también, pero yo como ésta modelo.
  • Evidentemente la Salsa se acaba a las 12:30, de ahí en delante es reggetón.
  • Shakira es lo peor que le pudo haber pasado a la Lambada.
  • Y Daddy Yankee y el Reggetón a la humanidad.
  • Invariablemente habrá una gordita que ponga en ridículo a todos los bailarines, incluso a su pareja, quien trata desesperadamente de no quedarse atrás.
  • Y sí, SIEMPRE será una gordita.
  • Con estos precios, vale la pena ir en bola, uno solo es físicamente incapaz de beberse una cubeta de cervezas.
  • Cuando uno pida "una botellita de agua" realmente es "una botellita", le agradezco al mesero el gotero que me trajo para apagar mi sed. Espero que hayan dejado algo para el resto de los clientes.
  • Me duelen las caderas, supongo que hice algo bien.
  • La Salsa está diseñada para lucir a la mujer, los hombres podrían ser reemplazados por un poste con un palo extendido arriba de la cabeza de la mujer y nadie notaría la diferencia.
  • Como precaución, hay que tomar bolitas hechas de servilletas y meterlas en los oídos; cuatro días después y sigo escuchando campanillas. Esto es porque...
  • A un lado de la bocina, a 600,000 dB, incluso Bach es ruido.
  • Lo que es una tragedia porque irremediablemente uno terminará bailando a un lado de la bocina.
  • Ignoro por qué pero me fué imposible acostumbrarme a los mini reflectores que giraban y te encandilaban cada vez que pasaban - sin importar hacia dónde voltearas -, me he de estar convirtiendo en vampiro porque la fotofobia estaba endiablada.

!Saludos!
Atte,
El Kushiage
~ Por cierto, el alcohol no aumenta la habilidad de bailar, sin embargo disminuye la habilidad de percatarse de lo mal que uno baila. Es un efecto Dunning–Kruger progresivo muy interesante de estudiar.

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