viernes, 18 de septiembre de 2015

In Vino Falsitas

"Si el vino está bien, todo está bien, y si está mal, da lo mismo, con tal de que sea vino..."
~ Julián Hernández (1960 - )


Como muchos de ustedes sabrán, soy un Tragón certificado. No, no soy un "foodie" porque no soy moderno ni chévere*; tampoco opino ser un "gourmand" porque no tengo clase ni estilo, no, yo soy un tragón: me gustan los programas de cocina, me gusta cocinar, me gusta leer/aprender sobre la comida, me emociona comerla, hago gestos raros cuando la pruebo y en todo momento me gustaría comer un poco más de lo recomendado. Sí, soy un tragón.

*Sin mencionar que odio la palabra "foodie".

Sin embargo, a lo largo de mis años como orgulloso tragón hay algo que simplemente no he podido llegar a disfrutar: el vino. Lo siento, pero no. ¿Quesos añejados y apestosos? No hay problema ¿Platillos raros, combinaciones bizarras e ingredientes exóticos? Venga ¿Licores y bebidas que apenas sí puedo pronunciar? !Sí, por favor! ¿Una copita de cabernet sauvignon? Ugh, no gracias.

Escucho a los gourmands que me leen decir "oh vaya Brocheta, seguramente debiste haber probado ALGÚN vino que te guste", y estarían en lo correcto: existe UNA marca de vinos que me gusta: el "Barefoot" hecho en California EEUU.  

Éstos meros.
Son baratos (90 ~ 110 pesos la botella, casi siempre están en oferta en los supermercados), son sabrosos y disfrutables por sí solos o mezclándolos en bebidas o salsas**. Mi favorito es uno conocido como "Sweet Red" (Dulce Rojo) que tiene jugos de moras y es universalmente insultado y desdeñado por los connoisseurs por saber a ponche de frutas.

**En particular recomiendo el Chardonnay para darle ese delicioso toque ácido a las salsas de tomate para pasta.
Les confieso, mis estimados, que el no disfrutar el vino me ocasionaba un masivo complejo de inferioridad: me sentía culpable de ir a restaurantes / reuniones y probar de alguna carísima cosecha para encontrarla decepcionante mientras que otros comensales se encontraban en el éxtasis vinícola. 

Entonces me hice la pregunta ¿y si la degustación del vino es un proceso enteramente subjetivo? Me puse a escarbar un poco y al parecer sí, sí lo es. Les comparto estos interesantes estudios y experimentos que se han hecho en los últimos años:

1) Robert Hodgson, un oceanógrafo retirado dueño de Field Brook Winery en California, tiene años haciendo experimentos con jueces y concursos. Verán, a él le sorprendió la inconsistencia en las calificaciones de sus vinos a lo largo de competencias en el estado: algunos de sus medallistas de oro en un evento eran considerados mediocres en otro; por lo que en el 2005 hizo un experimento en el que se les presentarían vinos a los organizadores de la California State Fair Wine Competition, pero con la variación que el mismo vino se podría presentar más de una vez.

La idea es que el mismo vino debe ser calificado de igual manera por la misma persona, pero sus resultados fueron que aproximadamente un 10% de los jueces son consistentes con sus resultados, e incluso lo fueron sólo durante el concurso de ese año. Citando a Hodgson: "la suerte tiene mucho que ver con los premios que gana un vino".

2) El académico francés Frédéric Brochet hizo un experimento sobre el efecto de las etiquetas en el 2001. Presentó el mismo vino a 57 voluntarios a lo largo de semanas en dos botellas: una con etiqueta de un vino caro y otra con un vino barato.

La mayoría de los catadores describían el "vino superior" usando un lenguaje  positivo - sabores complejos, amaderados, balanceados - mientras que el "barato" era considerado ligero, débil y sin tantos tonos.

3) En el 2008 un estudio lidereado por el crítico Robin Goldstein realizado a 6000 individuos se encontró que las personas que desconocen el precio son incapaces de disfrutar más o menos de un vino, y que los vinos caros son calificados ligeramente inferiores a los baratos. La relación positiva es en personas que sí han tenido entrenamiento en la cata de vinos y se teoriza que es por que son capaces de detectar los sabores que hacen que el vino sea más caro.

Por tanto, los resultados indican que las recomendaciones de expertos en vinos son una pobre guía para los consumidores regulares.

4) En el 2011, el profesor Richard Wiseman de la universidad de Hertfordshire realizó un experimento en el que invitó a 578 personas para probar una variedad de vinos rojos y blancos con precios desde £3.49 (aprox 90 pesos) hasta £30 (aprox 750 pesos).

Sólo un 53% de las veces se pudo determinar qué vino valía menos de las 5 libras esterlinas y qué vinos más de 10, para los blancos; para los rojos el porcentaje es de 47% y es - como recordarán de su clases de estadística - más o menos el equivalente de arrojar una moneda y escoger al azar.

5) Nuevamente el Sr. Frédérick Brochet de la universidad de Bordeaux en el 2001 le pidió a 54 expertos en vino para que probaran dos vasos de vino, uno blanco y otro rojo. El rojo fue considerado superior y los críticos comentaron en su sabor a fruta roja.

Ambos vinos eran de la misma botella y el color rojo provino de un colorante insípido.

6) De manera igualmente hilarante, un estudio en el 2008 de la universidad Heriot-Watt en Edimburgo determinó que ciertos tipos de música pueden mejorar las calificaciones de vinos hasta en un 60%. Se encontró por ejemplo que Jimi Hendrix mejora al cabernet sauvignon mientras que Kylie Minogue al parecer se lleva bien con el chardonnay.

Q.E.D.

Así que ahí lo tienen mis estimados: el rey va desnudo. De ahora en delante voy a clasificar a los vinos en dos grandes conjuntos: de los que disfruto el sabor y de los que no. Al carajo con las pretensiones, busquen un vino que les guste y no se sientan mal si es un vino barato o caro, el resto es mera opinión.

!Saludos!
Atte,
El Kushiage
~ ¿Me pregunto si se podrá aplicar igual con la cerveza?

2 comentarios:

  1. Acierto y difiero. No me gusta el vino Barefoot aunque a favor tiene uvas de todo tipo entre ellas la Pinot Noir difícil de conseguir en otras marcas (fría y tomándola recién abierta, ah que rica). En lo que estoy muy de acuerdo es que cada persona tiene su vino y que si se compite es por ese afán de nuestro de competir y meter todo en estándar.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por tu comentario mi estimado/a. No he probado esa variedad porque la he sentido más ácida en otras marcas, pero el daré una oportunidad.

      Eliminar