~ Baltasar Gracian (1601 - 1658)
Hoy lunes se grabará la entrevista del Sr. Lance Armstrong con la señora Oprah Windfrey en la que él va a admitir que realmente se dopó para ganar las competencias en las que fue campeón. Siento que quizás ésta es mi oportunidad para plasmar mis ideas al respecto antes que, como mucho de lo que quiero escribir y no puedo por falta de tiempo, deje de ser relevante.
Para todos aquellos que como yo viven debajo de una piedra, el sr. Lance Armstrong (Lance Edward Gunderson) es un ciclista estadounidense que ganó consecutivamente el Tour de Francia desde 1999 hasta el 2005; lo interesante es que lo hizo después de curarse de cáncer testicular en 1997, diagnosticado en 1996 en fase 3 y ya habiéndose expandido hacia sus pulmones, abdomen y cerebro. Según sus doctores, el hombre tenía 40% de probabilidades de salvarse.
Después de su tratamiento creó la Fundación Lance Armstrong para el apoyo del cáncer, en la cual se donaba apoyo para tratamientos, aunque ya no, y dan ayuda gratuita, confidencial y personalizada para todas aquellas personas que sufren o tienen a algún ser querido con esta horrible enfermedad.
Desde la investigación llevada a cabo por la USADA (Agencia de Anti-Dopaje de los Estados Unidos) en la que se le acusaba de doparse para las competencias y traficar drogas de mejora de desempeño basado en muestras de sangre del 2009 y 2010, se decidió quitar su nombre de la fundación. Ahora se llama simplemente "Livestrong". Esto es porque, al parecer, sí se dopó y ganó bajo el efecto de substancias ilegales en el deporte. Todos sus títulos han sido retirados y muy probablemente su reputación nunca sea restaurada.
Y así llegamos al meollo del asunto: el héroe que muchos admirábamos y que muchos idealizábamos nunca existió, y eso me duele; verán, un amigo de la facultad sufrió y murió de cáncer de seno* y durante su tratamiento estaba muy emocionado e inspirado por el sr. Armstrong y su fundación. Por desgracia no lo sobrevivió, pero le ayudó a él y a su familia lidiar con el problema y después supe de otros casos que fueron conmovidos, inspirados y apoyados por la fundación o sus ideales y les ayudó a superar el cáncer que es, sin temor a equivocarme, una de las puñeteras peores enfermedades que podemos padecer.
*Rarísimo en los hombres, e igual de agresivo. Nunca la vio venir.
Y llego entonces a mis preguntas existenciales ¿valía la pena saber la verdad de su dopaje? ¿Nos beneficiamos nosotros como sociedad sabiendo que era un pinche mentiroso? ¿Le beneficia a ese enfermo de cáncer de colon que está luchando por su vida? Me siento un hipócrita, porque yo opinaba que la verdad se debe perseguir siempre, sin importar las consecuencias, y que es preferible que alguien sea miserable en la verdad que feliz en la mentira**. Hoy, al leer todos los comentarios de desaprobación y desilusión de personas que necesitaban un héroe, ya no estoy tan seguro.
**La principal razón de mi ateísmo.
¿Puedo justificar una mentira porque tiene buenas intenciones? No siento que tengo la capacidad moral de pedir que se esclarezca la tranza que hizo el presidente Peña Nieto con su elección y no la de un hombre que fundó una sociedad que ayuda a personas contra el cáncer ¿donde pintas la raya? ¿Con esto estoy admitiendo por una buena vez que sí, el fin SÍ justifica los medios si luego con resultados demuestras que valió la pena?
De joven y estúpido creía que el mundo podía ser blanco y negro, ahora entre más envejezco veo que todo tiene matices de gris. Todavía no tengo mi respuesta a mis preguntas, todavía no tengo mi posición al respecto y cada noticia que escucho sobre este hombre me recuerda que no la tengo.
Ustedes ¿qué opinan?
!Saludos!
Atte,
El Kushiage
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