martes, 26 de agosto de 2014

De Brochetas y Sirenitas

"Poner el ejemplo no es la principal manera de influenciar a otro, es la única manera"
~ Albert Einstein (1879 - 1955)

El otro día tuve la oportunidad de ver "La Sirenita" de Walt Disney, la versión animada de la historia escrita por el maniático-depresivo Hans Christian "Jódanse los niños y sus finales felices" Andersen. La vi como no deberían verse las películas para infantes: solo, de malas, con un vaso de ron especiado en la mano y la computadora abierta para escribir estupideces.

¿Sabían que en la original se muere?
Llegué a la conclusión que Ariel no es el mejor modelo a seguir para los niños.

Presento mi evidencia: primeramente, junta basura y la acomoda de tal forma que haría babear a cualquier acumulador obsesivo compulsivo; y lo peor de todo es que por culpa de esa imbécil gaviota ni siquiera conoce los nombres de las cosas y ni le importa, lo único que sabe es que quiere más, mucho más. Mal modelo para este mundo consumista en el que vivimos. Otra pregunta interesante es ¿de dónde saca las chucherías? O los humanos del reino cercano son unos cerdos o los encuentra en naufragios, lo que me hace sorprenderme del hecho que no haya varios esqueletos humanos por ahí.

Ahora bien, eso me lleva a mi siguiente punto: es una furiosa "fangirl" o fanática de los humanos. Supongo que es el equivalente en nuestra sociedad de una niña metida en la cultura "furry", pero de cualquier forma siento que más bien está idealizando a los humanos, como si de lo que estuviera enamorada es de la IDEA de la humanidad, más que de la humanidad misma... vaya, muy parecido a una niña de 16 años. 

En fin, como era de esperarse, se enamora perdidamente del primer humano que ve de cerca y desobedece abiertamente a su padre para cambiar su voz por un par de piernas y la habilidad de - en las sabias palabras de Sheldon Cooper - tener coito.

Y, en el desenlace, no aprende absolutamente nada.

¿No me creen? Díganme, ¿qué conflicto la hace crecer como personaje? Ella empezó siendo una niña mimada que quería ser humana, aunque todos le decían que era una mala idea, y después de poner en riesgo ambos reinos, de sacrificar a su padre y que su novio atravesara al pulpo más fabuloso de la historia, la niña mimada se sale con la suya. Así, la chamaca de dieciséis años por cierto, decide que ama profundamente a ese hombre que acaba de conocer y que se quiere casar con él, y lo logra*.

*Sí, ya sé que de esto se burla "Congelados" pero eso no la hace una buena película a esa tampoco. Especialmente por esa maldita canción. Esa maldita, maldita canOHDIOSESSÁQUENMELADELACABEZA.

Pensándolo bien, creo que es Don Tritón quien aprende más en la película: lidiando con su racismo y aprendiendo a vivir con las decisiones de su chiquilla malcriada. Es como si la película fuera un mensaje para los padres de adolescentes: déjenlas hacer lo que quieran, porque nadie sabe del amor como una niña de 16 años, y no importa cuántas catástrofes causen ellas terminarán teniendo la razón. Se siente más cercana a "Buscando a Nemo" en el sentido que es el padre el que aprende a dejar ir al niño, pero contando la historia desde el punto de vista del retoño.

Sin mencionar que es risible el hecho que un hombre esté contento de ver a su hija de 16 años enamorada de alguien. Yo, por alguna razón que no alcanzo a comprender, odio al hombre que quiere salir a mi hija que aún no nace. Supongo que ha de ser evolutivo. 

Además, quiero tocar el tema del Sr. Sebastián. Oh pobre bastardo Sebastián. Es un cangrejo consciente que tiene que experimentar lo que sucede en la cocina de un reino pesquero ¿cómo es que no tiene síndrome de estrés postraumático? Si pueden vayan a youtube y vean la escena de nuevo, es más, se las busco:


Ahí está ¿Tienen idea de lo que le haría a un humano ver una décima parte de las abominaciones que le hace el chef a los peces? ¿Y DEBERÍAMOS REÍRNOS DE ESTO? Supongo que de aquí nacieron muchos animalistas radicales, pero lo que realmente me sorprende es en la siguiente escena donde Sebastián sólo dice, indignado "deberías agradecer lo que hago por tí" y recibe unas condescendientes palmadas en la cabeza. Yo estaría vomitando en mi concha y no saldría hasta la siguiente glaciación.

Finalmente, quiero terminar mencionando la mala imagen que le da a los hombres: el Príncipe Eric**, plástico y sin personalidad, le enseña a las niñitas que sólo nos interesa una cara bonita y - lo más raro de todo - una voz melodiosa como pareja. Olvídate de tener personalidad, perspectiva, buen humor, opiniones interesantes o más profundidad que una cuchara. Sin mencionar que estoy casi seguro que no tiene la edad para casarse con una muchacha de 16 años el muy pedófilo.

**O Príncipe Gen-Eric-o ¿eh?

Sí, definitivamente "La Sirenita" no es un buen modelo para las niñas modernas. Sin embargo, entre más mujeres se pinten el pelo de rojo y anden desnudas con conchas por brassiere mejor.

!Saludos!
Atte,
El Kushiage
~ Ésta entrada se une a la larga lista de otras que demuestran que los adultos no debemos ver películas infantiles sin supervisión.

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