jueves, 19 de mayo de 2011

De Brochetas y Osos Pooh

"Si vives para tener 100 años, espero vivir 100 años menos un día, para nunca tener que vivir sin tí"
~ Winnie el Pooh.


El otro día, tuve la suerte de disfrutar nuevamente la película "Las Aventuras de Winnie Pooh" producida en 1977. Es, sin temor a equivocarme, un filme hermoso para niños de todas las edades y ampliamente recomendable como una refrescante alternativa a las molestas e histriónicas caricaturas de hoy en día.

No sé si sepan, por cierto, pero Winnie Pooh no es un invento de Disney. Verán, Winnie el Pooh, también conocido como el Oso Pooh (pronunciado Puu) fué creado por Alan Alexander Milne (1882 – 1956), novelista británico, basado en el oso de peluche que tenía su hijo pequeño Christopher Robin Milne* y sus otros muñecos**.

*Quien por supuesto, es la base para el único personaje humano Christopher Robin.
**Con la excepción de Buho y Conejo, tampoco el Topo, quien fué agregado en la version de Disney.


El chilpayate bautizó a su osito en honor a "Winnie", un oso negro canadiense que visitaba constantemente en el Zoológico de Londres y "Pooh" un cisne que conocieron en unas vacaciones. En el primer capítulo de "Winnie-the-Pooh" escrito en 1926 ilustrador por E.H. Shepard, Milne nos ofrece esta explicación de por qué Winnie-el-Pooh se le llama frecuentemente "Pooh":

"Pero sus brazos estaban tan rígidos... se quedaron arriba por más de una semana, y cada vez que una mosca llegaba y se posaba sobre su nariz la tenía que soplar. Y creo - pero no estoy seguro - que por eso es por lo que siempre se le llama Pooh".

Fue sino hasta la muerte de Milner y Stephen Slesinger, a quién le vendió parte de la propiedad de mercancía, que se licenció a Walt Disney Productions en 1961 y, desde 1966 esta compañía se ha dedicado a producir películas de este simpático personaje.

Con eso fuera del camino, venga la experiencia. Admito que me sentí otra vez como ese niño desaliñado en pijama viendo esa película***, pero con toda la inocencia que tiene el filme no pude sino quedarme con las siguientes cosas que aprendí con este película:

***Ahora que soy un adulto desaliñado en pijama.

1. Winnie Pooh era el Homero Simpson de su época.
El personaje es flojo, tonto, egoísta, gorrón, amarillo, pelón y abusivo, pero con corazón de oro.

2. Los animadores de Walt Disney tomaban LSD antes de sentarse a dibujar.
Ya, en serio ¿qué carajos con la secuencia de los efelantes y wartas? Es lo que se le llama "combustible de alto octanaje para pesadillas".

3. Tigger es un mamoncete insufrible, pero esto está bien
No hay problema ser una catástrofe ambulante, saltando y molestando a la gente y en general haciendo su vida imposible siempre y cuando seas un histriónico simpático.

4. Ser la "única persona sana", significa que serás el menos popular
Que es el caso de Conejo, claro que él no quería aventuras porque eso significaba que algo le iba a suceder a él. A nadie le gustaba en mi niñez, hoy en día es con quien más me identifico.

5. Así es como se debe hacer una historia sin cuarta pared.
Quizás esta debería estar en las técnicas literarias, pero no podía sino maravillarme de las maneras tan creativas y divertidas en la que se rompe la cuarta pared: Tigger es rescatado por el texto del libro, los personajes interactúan con el narrador y con la forma del libro, los sucesos transcurren no en horas o en días, sino en páginas de libro, etc.

6. El movimiento Emo fue originado por Igor.
Carajo, alguien ya dele un Prozac a ese pinche burro.

7. Los nuevos doblajes apestan.
No, no es nostalgia, estoy seguro de ello. Las nuevas reediciones de las películas originales de Disney tienen voces molestas y ruidosas, las viejas eran moderadas y agradables. Con razón todos los chiquillos de hoy en día son gritones insoportables, los malditos programas de televisión de hoy en día no. Se. Callan****.

****Bob Esponja puede irse a la mierda.

8. El final es endiabladamenet profundo.
En los últimos minutos del filme, Christopher Robin informa que ya no podrá venir todos los días por tener que iniciar la escuela. Con qué pocas frases y con qué fuerza expresa la crisis que pasamos los humanos al ir creciendo y tener que despedirnos de los juguetes, no, de los amigos, que tenemos y que sabemos que algún día dejaremos de visitar. Entregó el mismo mensaje en tres minutos que Pixar con tres películas de juguetitos.

Es ciertamente una joya esta filme, si pueden réntelo o consíganlo para sus hijos.

!Saludos!
Atte,
El Kushiage
~ Por cierto, el juguete original todavía existe, se encuentra en exhibición en el ala principal de la Biblioteca Pública de Nueva York.

No hay comentarios:

Publicar un comentario