lunes, 29 de junio de 2015

De Brochetas y Reflexiones Multicolores

El mundo entero habla y habla sobre el amor. Los poetas pasan sus vidas escribiendo al respecto. Todos opinan que es la cosa más maravillosa en el mundo. Pero en el momento que mencionas a dos tipos enamorados, se les olvida todo y se vuelven locos"
~ Mark A Roeder (1957 - )


No Tiene nada que ver, pero el pasado 19 de Junio del 2015, la Suprema Corte de Justicia de México dijo que es inconstitucional y discriminatorio considerar al matrimonio sólo como la unión entre el hombre y la mujer. En sus palabras:

"Pretender vincular los requisitos del matrimonio a las preferencias sexuales de quienes pueden acceder a la institución matrimonial con la procreación es discriminatorio".

Esto elimina la principal excusa que dan los juzgados sobre el matrimonio entre homosexuales. La decisión sigue estando en manos de los jueces hasta que no se haga ley nacional, pero siento que vamos por buen camino. Esta noticia, por supuesto, pasó en relativo silencio por los medios y las redes sociales.

Luego llegaron los norteamericanos legalizando el matrimonio homosexual en todo su país, atiborrando de colores absoluta-pinche-mente todo. Bien por ellos.

Ante mi aprobación, varias amistades y conocidos se horrorizaron que estuviese en relativa paz y tranquilidad ante el hecho que hubiese parejas homosexuales casadas en el futuro; fui atacado, juzgado, e invariablemente las discusiones terminaban en la odiosa pregunta "¿te gustaría tu hijo fuese homosexual?".

Les va a sonar chistoso, pero le debo el fin de mi homofobia* a un episodio de televisión de la excepcional serie "Tan Muertos como Yo". La serie nos muestra la vida de "segadores" que son personas no-muertas cuya función es separar el alma de los vivos al morir para facilitar su transición al más allá. Es una serie tan hilarante y filosófica como puede ser la yuxtaposición de la trascendencia espiritual y un trabajo de oficina**.

*Bien, hagamos una breve corrección: no creo que haya tal cosa como la "homofobia". No les tenemos "miedo", simplemente somos unos imbéciles intolerantes. No confundamos las cosas.
**Sí, Godínez que recogen almas. Recomiendo ampliamente la primera temporada.

En fin, a lo que iba, en ese episodio uno de los segadores visita a una pareja de hombres homosexuales que deben ser segados. Uno se resbala y se rompe el cuello contra la tarima de la cocina y el otro, después de un conmovedor discurso sobre lo que significaba para él, eventualmente contempla el suicidio con píldoras para dormir.

Así, para mi sorpresa, vi que esa pareja de homosexuales se tenían los mismos sentimientos entre sí que yo tengo hacia mi esposa. Ese fue el momento cuando "entendí" el amor homoesxual y fue el fin de mi disgusto hacia esas parejas. El amor que nos tenemos mi esposa y yo es lo mejor que me ha pasado, si otros lo encuentran en parejas de su mismo sexo !qué carajos! !Este mundo ya es lo suficientemente horrible y necesitamos más gente feliz! El amor me ha hecho una mejor persona ¿por qué no los puede hacer mejor a ellos?

Y así llegamos a mi respuesta a las pregunta que me hacían mis conocidos horrorizados: "¿te gustaría que tu hijo fuese homosexual?" la respuesta, mis estimados, es un rotundo "En estos momentos no, porque todavía hay gente que insiste en vilificarlo". Creo que sería la misma respuesta que le daría a cualquiera que me preguntara si quisiera que mi hijo se uniera a una religión que tiene fama de terrorista.

Veo toneladas de mensajes de aprobación en las redes sociales, pero plantado firmemente en el bando de los heterosexuales soy testigo de las burlas, sobrenombres, opiniones tendenciosas y estereotipos en los que se tienen a los homosexuales y me preocupa que mi hijo tenga que pasar por eso; siento que aún hay mucha discrimación inconsciente en el día a día.

Además, por lo menos en los círculos sociales a los que estoy expuesto, tienen muy mala reputación. Que son muy conflictivos, que están "dañados psicológicamente", que están "enfermos", etc., etc. Pero ¿Y si lo homosexuales que son considerados "conflictivos" lo son por las cicatrices emocionales que tienen de años de maltratos? ¿Y si estamos vilificando a toda una sección por esas persona histriónicas e imbéciles que están dañadas independientemente de su orientación sexual***? ¿Y si les diéramos una oportunidad?

***Conozco heterosexuales que no los han molido a golpes por pura suerte, la verdad.

Con todo y todo, no tengo sino admiración por todos aquellos y aquellas homosexuales que luchan por sus derechos y a todos aquellos heterosexuales que tratan de convencer a los intolerantes que genuinamente no molestan a nadie casándose entre ellos. Espero que sea cuestión de tiempo para que las viejas generaciones sean reemplazadas por aquellas que ya han visto la luz.

¿Y si mi retoño es homosexual? Es mi deber como padre hacerlo una persona de bien, útil para la sociedad, y enseñarle sobre el mundo en el que vive. Haré todo lo posible por apoyarlo y amarlo como se merece, porque aunque #GanóElAmor, sé que el odio no se da por vencido tan fácil.

¿Ustedes, qué opinan?

!Saludos!
Atte,
El Kushiage
~ Si mi hijo dijera "padre, soy homosexual" no creo que se haría tanto escándalo como si me dijera "padre, soy priísta". Ahí sí lo corro de la casa al muy mamoncete.

3 comentarios:

  1. Dice un amigo "mientras tu pierdes tu tiempo criticandome... yo me ocupo logrando que mis sueños".

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    1. Curiosamente opino que se necesita a "un hombre de verdad" para salir del clóset. Carajo, yo no podría pasar por la mitad de las cosas por las que han pasado conocidos míos.

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