"Las puertas automáticas del supermercado se abren para mí, por lo tanto, existo"
~ Craig Bruce Reucassel (1976 - )
Ir al supermercado es toda una experiencia* ¿verdad?
*Por no decir que es una tizna desgraciada, especialmente un domingo en la tarde, pero mantengamos esto civil.
Siendo el mamoncete insufrible y neurótico que soy, llego al lugar con mi listita en la mano, lo primero que hay que hacer entonces es encontrar todas estas cosas "necesarias" para la vida diaria, comencemos:
¿Y dónde quedó X artículo?
Es una bien conocida técnica de mercadotecnia, mis estimados, el revolver el acomodo de las cosas de tiempo en tiempo: el objetivo es que el cliente no se aprenda el acomodo y tenga que recorrer todos los pasillos buscando lo que quiere comprar con la intención que vea algo más que le guste y se lo lleve, incrementando las ventas. Esto, además de ser miserable y mezquino, causa un dolor indescriptible en mi páncreas cuando llego al estante de las salsas y me lo encuentro lleno de comida para perro**.
**Y en mi particular caso SIEMPRE es comida para perro ¿será algún mensaje divino que me indica que debería cambiar mi marca de cereal?
Lo ideal sería que jamás se reacomodara el lugar para poder hacer un grafo y aplicarle el algoritmo del vendedor ambulante, pero qué carajos, el destino parece aferrado a no permitirnos aplicar lo que aprendimos en la universidad en la vida real.
¿Disculpe, dónde está X artículo?
Ahora, no poder encontrar X o Y artículo no sería mucho problema si uno simplemente pregunta a algún empleado pero ¿cuándo fué la última vez que viste a un empleado en el supermercado? Recuerdo que en mi infancia había un ejército de canijos moviendo cosas, tomando precios, etc., pero ahora parece que hay tres encargados para todo el negocio y cada uno de esos pobres mamoncentes es el ser humano más amargado en esos metros cuadrados, es en serio ¿se disfrazan de civiles para que no los identifiquemos o qué diantres? ¿Dónde están? !Las cosas no se pueden acomodar solas!***
***¿Verdad? !¿VERDAD?!
Volviendo a su actitud: o ese trabajo está horriblemente remunerado por las patizas que se paran o sus supervisores son los malditos Dementores de jarri póter, carajo si están furiosos y deprimidos de trabajar esas pobres personas.
Recuerdo que cuando llegó güalmart a Guadalajara, por ejemplo, si tu preguntabas por algún artículo el empleado dejaba de hacer lo que estaba haciendo, te tomaba de la mano y te llevaba hasta lo que buscabas dejándote con una cálida palmada en la espalda; hoy en día, si es que encuentras uno, te darán señas como de taxista novato. Ni se diga de la empresa que empieza con S y termina con oriana, me temo que todas estan igual.
También quiero comentar que el supermercado tiene el descaro de ordenar las cosas por precio: en las áreas más difíciles de alcanzar (hasta abajo y hasta arriba) está lo más barato. Lo más caro SIEMPRE está al alcance de la mano ¿por qué? Porque los humanos somos unos animales flojos e inútiles, de acuerdo a los estudiosos de márquetin por lo menos, los malditos chupasangre.
¿Cómo que ya expiró?
Sin mencionar, por cierto, el horrible caso de las fechas de caducidad: debes buscarlas y observarlas como halcón a las desgraciadas; no hay nada peor que llegar y vaciar un platón de leche en tu cereal favorito para darte cuenta que ya estaba pasada la muy infeliz. Maldita. Pinche. Sea.
¿Y qué me dicen de la pobres frutas y verduras? Ayer que fui al supermercado descubrí nuevas variedades de éstas: manzanas golden pachichis, mangos ataulfo pachichis, chiles poblanos pachichis, guayabas pachichis, !bueno, hasta las malditas piñas en almíbar estaban todas golpeadas!
Y por supuesto... la gente.
Ya para terminar esta diatriba, quisiera comentar que ahora entiendo la necesidad de la ley anti-celulares mientras uno va conduciendo. Verán, si la persona promedio es incapaz de ir observando anaqueles y no chocar con las personas que tiene enfrente o de estar consciente que hay más personas a su alrededor y que le está tapando el paso obviamente no debería de hablar mientras maneja... Pensándolo bien no debería masticar chicle y caminar al mismo tiempo.
Cómo aborrezco a esa señora que se para en diagonal tapando todo el pasillo con su gigantesco trasero y está mirando como confundida si llevar azúcar glass o cereal !maldita sea señora, pegue el desgraciado carro al estante y deje pasar a los 37 canijos que tiene detrás! Por supuesto, cuando uno intenta desesperadamente ser civil y decirle un amable "con permiso" se ofende que no tengamos la paciencia de dejarla otros 45 minutos en lo que se decide, la muy imbécil.
¿Creen que es todo? !Ja! !Apenas vamos a la mitad, todavía hay que pagar estas tarugadas que llevamos!
Parte 2 aquí.
!Saludos!
Atte,
El Kushiage
~ Craig Bruce Reucassel (1976 - )
Ir al supermercado es toda una experiencia* ¿verdad?
*Por no decir que es una tizna desgraciada, especialmente un domingo en la tarde, pero mantengamos esto civil.
Siendo el mamoncete insufrible y neurótico que soy, llego al lugar con mi listita en la mano, lo primero que hay que hacer entonces es encontrar todas estas cosas "necesarias" para la vida diaria, comencemos:
¿Y dónde quedó X artículo?
Es una bien conocida técnica de mercadotecnia, mis estimados, el revolver el acomodo de las cosas de tiempo en tiempo: el objetivo es que el cliente no se aprenda el acomodo y tenga que recorrer todos los pasillos buscando lo que quiere comprar con la intención que vea algo más que le guste y se lo lleve, incrementando las ventas. Esto, además de ser miserable y mezquino, causa un dolor indescriptible en mi páncreas cuando llego al estante de las salsas y me lo encuentro lleno de comida para perro**.
**Y en mi particular caso SIEMPRE es comida para perro ¿será algún mensaje divino que me indica que debería cambiar mi marca de cereal?
Lo ideal sería que jamás se reacomodara el lugar para poder hacer un grafo y aplicarle el algoritmo del vendedor ambulante, pero qué carajos, el destino parece aferrado a no permitirnos aplicar lo que aprendimos en la universidad en la vida real.
¿Disculpe, dónde está X artículo?
Ahora, no poder encontrar X o Y artículo no sería mucho problema si uno simplemente pregunta a algún empleado pero ¿cuándo fué la última vez que viste a un empleado en el supermercado? Recuerdo que en mi infancia había un ejército de canijos moviendo cosas, tomando precios, etc., pero ahora parece que hay tres encargados para todo el negocio y cada uno de esos pobres mamoncentes es el ser humano más amargado en esos metros cuadrados, es en serio ¿se disfrazan de civiles para que no los identifiquemos o qué diantres? ¿Dónde están? !Las cosas no se pueden acomodar solas!***
***¿Verdad? !¿VERDAD?!
Volviendo a su actitud: o ese trabajo está horriblemente remunerado por las patizas que se paran o sus supervisores son los malditos Dementores de jarri póter, carajo si están furiosos y deprimidos de trabajar esas pobres personas.
Recuerdo que cuando llegó güalmart a Guadalajara, por ejemplo, si tu preguntabas por algún artículo el empleado dejaba de hacer lo que estaba haciendo, te tomaba de la mano y te llevaba hasta lo que buscabas dejándote con una cálida palmada en la espalda; hoy en día, si es que encuentras uno, te darán señas como de taxista novato. Ni se diga de la empresa que empieza con S y termina con oriana, me temo que todas estan igual.
También quiero comentar que el supermercado tiene el descaro de ordenar las cosas por precio: en las áreas más difíciles de alcanzar (hasta abajo y hasta arriba) está lo más barato. Lo más caro SIEMPRE está al alcance de la mano ¿por qué? Porque los humanos somos unos animales flojos e inútiles, de acuerdo a los estudiosos de márquetin por lo menos, los malditos chupasangre.
¿Cómo que ya expiró?
Sin mencionar, por cierto, el horrible caso de las fechas de caducidad: debes buscarlas y observarlas como halcón a las desgraciadas; no hay nada peor que llegar y vaciar un platón de leche en tu cereal favorito para darte cuenta que ya estaba pasada la muy infeliz. Maldita. Pinche. Sea.
¿Y qué me dicen de la pobres frutas y verduras? Ayer que fui al supermercado descubrí nuevas variedades de éstas: manzanas golden pachichis, mangos ataulfo pachichis, chiles poblanos pachichis, guayabas pachichis, !bueno, hasta las malditas piñas en almíbar estaban todas golpeadas!
Y por supuesto... la gente.
Ya para terminar esta diatriba, quisiera comentar que ahora entiendo la necesidad de la ley anti-celulares mientras uno va conduciendo. Verán, si la persona promedio es incapaz de ir observando anaqueles y no chocar con las personas que tiene enfrente o de estar consciente que hay más personas a su alrededor y que le está tapando el paso obviamente no debería de hablar mientras maneja... Pensándolo bien no debería masticar chicle y caminar al mismo tiempo.
Cómo aborrezco a esa señora que se para en diagonal tapando todo el pasillo con su gigantesco trasero y está mirando como confundida si llevar azúcar glass o cereal !maldita sea señora, pegue el desgraciado carro al estante y deje pasar a los 37 canijos que tiene detrás! Por supuesto, cuando uno intenta desesperadamente ser civil y decirle un amable "con permiso" se ofende que no tengamos la paciencia de dejarla otros 45 minutos en lo que se decide, la muy imbécil.
¿Creen que es todo? !Ja! !Apenas vamos a la mitad, todavía hay que pagar estas tarugadas que llevamos!
Parte 2 aquí.
!Saludos!
Atte,
El Kushiage
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