martes, 6 de enero de 2015

Tienes Que Leer: Las Estrellas, Mi Destino

"La gente siempre dice que tal o cual persona no se ha encontrado a sí mismo. Pero uno mismo no es algo que se encuentra, es algo que creamos"
~ Thomas Szasz (1920 - 2012)

Estamos en el siglo XXV, una época dorada en la que la humanidad descubrió que poseía suficiente poder mental para teletransportarse y que es una habilidad que puede enseñarse a cualquier persona común y corriente; donde los telépatas son raros pero existen; una época en la que la especie se ha expandido a otros planetas del sistema solar y sus satélites; una época de conflicto entre las colonias que habitan dichos satélites y sus planetas; una época de alta tecnología, poderosas corporaciones y pocos escrúpulos.

Así, conocemos a Gulliver Foyle, el estereotipo del hombre común: sin educación, sin ambición, sin ninguna habilidad especial; sólamente trabajaba como asistente mecánico en el carguero espacial "Nómada" que yace hecho pedazos en el vacío espacial. Cuando lo encontramos lleva seis meses encerrado en una bodega, saliendo de vez en cuando por comida y oxígeno a los otros compartimentos de la nave para mantenerse con vida.

De pronto, en una excursión por víveres, detecta una nave que pasa cerca del Nómada: El Vorga. Foyle desesperadamente enciende los emisores de auxilio y dispara bengalas, sólo para observar a la nave ignorarlo y seguir su camino.

Supongo que no leyó la "Guía del Autoestopista Galáctico"...

Ahora Foyle tiene algo más por lo que vivir: un furioso e incandescente deseo de venganza. Una venganza que lo llevará a través de, para serles honestos, una de las novelas más interesantes que he leído de ciencia ficción.

"Las Estrellas, Mi Destino" fue escrito por Alfred Bester originalmente para la revista "Galaxy" en cuatro partes, publicando la primera en 1956; es, si eres observador, una de las primeras instancias de textos del género "cyberpunk" sin ser llamado tal: alta tecnología, grandes corporaciones, baja calidad de vida, etc. 

Si están pensando "oye Brocheta, eso suena como al Conde de Monte Cristo en el espacio" es porque sí, sí es el Conde de Monte Cristo en el espacio, pero tiene tantos elementos tan imaginativos e interesantes que no puedo dejar de recomendarlo. Está corto, está muy dinámico y no tuvo ni un momento de paja. Increíble.

Ampliamente recomendable si buscas un libro que te entretenga mientras vas en el camión.

!Saludos!
Atte,
El Kushiage
~ ¿Mencioné que lo escribieron hace 59 años?

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