"Comestible, adj.: Bueno para comer y sano para comer, como un gusano para una rana, una rana para una serpiente, una serpiente para un cerdo, un cerdo para un hombre y un hombre para un gusano."
~ Ambrose Bierce (1842 – 1914)
Sin monedas, tuve que ir a satisfacer mis necesidades alimenticias al Oxxo más cercano; habiendo arribado a dicho establecimiento me di una paseada por el refrigerador de comida rápida y mis ojos se detuvieron sobre una bandeja de plástico con dos hamburguesas a 34 pesotes.
Claramente pensando que le había atinado al gordo, me mofé en mi cabeza de McDonalds y Burguer King quienes me quieren vender una sola hamburguesa de ese tamaño por fácilmente el doble. La tomé y me llevé a la caja.
¿Cómo estaba? Déjenme decirles que ahora entiendo por qué en estos negocios tienen un arsenal de condimentos a la disposición de los comensales: cebolla y jitomate fresco, salsa para botanas, queso, mostaza, cátsup, chilitos y crema/mayonesa: porque necesitas todos y cada uno de estos desgraciados ingredientes para que la porquería que te estás comiendo sepa a cebolla y jitomate fresco, salsa para botanas, queso, mostaza, cátsup, chilitos y crema/mayonesa y no a viejo cartón humedecido.
Las hamburguesas venían envueltas prolijamente en unos simpáticos papelitos de china coquetamente decorados con la marca, impecables etiquetas y pedazos de colorida cinta de papel en la bandeja que le daba un orgulloso lugar en la comida industrializada; eso debió de haber sido mi primer indicador, la mayor parte de la energía y atención se utiliza para que se vea bien, el sabor es secundario.
El producto en sí consistía en un par de porta vasos con sabor a nada*, con un escupitajo de mayonesa y la lechuga más deprimente que he visto en mi vida: eran un par de ramitas secas que se notaba que no habían visto la tierra en décadas** todo entre un par de bollos más duros que las reglas de mi primaria de monjas.
*Sí, lo sé, pero es increíble !No saben a nada! !A NADA!
**Esas las saqué y las enterré en el jardincito en el estacionamiento del trabajo, como una especie de funeral meritorio.
En fin, gracias al jitomate, cebolla, mostaza, cátsup y el antiguo y probado método de echarle papitas a la hamburguesa supo más o menos decente; pero asumo que uno debe tener el nivel de Heston Blumenthal o de Marco White para que estas porquerías sepan sabrosas.
En conlusión mis estimados, no hay como dedicarle un pequeño esfuerzo a preparar comida para el día siguiente; y si de pura casualidad tienen la desgracia de tener que comer en un Oxxo recuerden agarrar al menos un sobrecito de todas las variedades que haya, jitomate, cebolla, queso y todo lo demás. No se arriesguen, en un caso desesperado pueden comer los condimentos y arrojar la porquería que compraron a la basura.
!Saludos!
Atte,
El Kushiage
~ Ambrose Bierce (1842 – 1914)
Sin monedas, tuve que ir a satisfacer mis necesidades alimenticias al Oxxo más cercano; habiendo arribado a dicho establecimiento me di una paseada por el refrigerador de comida rápida y mis ojos se detuvieron sobre una bandeja de plástico con dos hamburguesas a 34 pesotes.
Claramente pensando que le había atinado al gordo, me mofé en mi cabeza de McDonalds y Burguer King quienes me quieren vender una sola hamburguesa de ese tamaño por fácilmente el doble. La tomé y me llevé a la caja.
¿Cómo estaba? Déjenme decirles que ahora entiendo por qué en estos negocios tienen un arsenal de condimentos a la disposición de los comensales: cebolla y jitomate fresco, salsa para botanas, queso, mostaza, cátsup, chilitos y crema/mayonesa: porque necesitas todos y cada uno de estos desgraciados ingredientes para que la porquería que te estás comiendo sepa a cebolla y jitomate fresco, salsa para botanas, queso, mostaza, cátsup, chilitos y crema/mayonesa y no a viejo cartón humedecido.
Las hamburguesas venían envueltas prolijamente en unos simpáticos papelitos de china coquetamente decorados con la marca, impecables etiquetas y pedazos de colorida cinta de papel en la bandeja que le daba un orgulloso lugar en la comida industrializada; eso debió de haber sido mi primer indicador, la mayor parte de la energía y atención se utiliza para que se vea bien, el sabor es secundario.
El producto en sí consistía en un par de porta vasos con sabor a nada*, con un escupitajo de mayonesa y la lechuga más deprimente que he visto en mi vida: eran un par de ramitas secas que se notaba que no habían visto la tierra en décadas** todo entre un par de bollos más duros que las reglas de mi primaria de monjas.
*Sí, lo sé, pero es increíble !No saben a nada! !A NADA!
**Esas las saqué y las enterré en el jardincito en el estacionamiento del trabajo, como una especie de funeral meritorio.
En fin, gracias al jitomate, cebolla, mostaza, cátsup y el antiguo y probado método de echarle papitas a la hamburguesa supo más o menos decente; pero asumo que uno debe tener el nivel de Heston Blumenthal o de Marco White para que estas porquerías sepan sabrosas.
En conlusión mis estimados, no hay como dedicarle un pequeño esfuerzo a preparar comida para el día siguiente; y si de pura casualidad tienen la desgracia de tener que comer en un Oxxo recuerden agarrar al menos un sobrecito de todas las variedades que haya, jitomate, cebolla, queso y todo lo demás. No se arriesguen, en un caso desesperado pueden comer los condimentos y arrojar la porquería que compraron a la basura.
!Saludos!
Atte,
El Kushiage
Yo por eso me mantenia fiel a los burritos de frijoles con queso de lonchibon, malos malos pero conocidos XD
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