jueves, 4 de noviembre de 2010

Hace Frío Otra Vez

"No importa que rico te hagas, que tan famoso o poderoso, cuando mueras el tamaño de tu fumeral seguirá dependiendo del clima"
~ Michael Pritchard (1969 - )

Hace frío otra vez.

Extrañaba ésta época.

Verán, se atiborran las tiendas de chucherías deliciosas, la gente sonríe más, la carga de trabajo disminuye y en general recordamos que existen muchas personas más en el mundo y que no hemos sido muy buenas con ellas en todo el año, por lo que hay que desquitarlo. El invierno llega, el mundo descansa, el alma reposa.

Hay tiempo de pensar, de acurrucarse bajo las cobijas, de comer sopa, de leer, de ver películas y de por fin* tener un poco de paz.

*!POR FIN!

Ahora dejaré de ignorar el elefante en la habitación, como dicen, y mencionaré que lo único que no me gusta es que se avecina la navidad.

Les soy sincero, antes realmente aborrecía la festividad, con la intensidad de mil soles. No recuerdo exactamente por qué, pero asumo que se debía principalmente a que se pasaban en familia y en nuestro caso eran... menos que placenteras**.

**Dejémoslo así. Según mi hermana no recuerdo muchas cosas que pasaron en esas fiestas, parece ser que nuestro cerebro sí nos proteje contra cosas traumáticas después de todo. Bendita memoria selectiva.

Ahorita soy parcial. Realmente no me gusta el frenesí comercial que asalta a la ciudad: las plazas, centros comerciales y diversos establecimientos están imposibles de navegar; los precios por los cielos; la gente anda más acelerada y atravancada; las clonaciones y robos incrementan y el tráfico se convierte en una pesadilla aún mayor.

Sin embargo la brochetita está muy entusiasmada, y eso le trae felicidad a la manzana podrida llena de cinismo y sarcasmo que tengo por corazón. Ya estamos cuidadosamente seleccionando esferas y objetos decorativos de materiales que no se rompan cuando sean inevitablemente derribados por el gato***, buscando nuestro primer arbolito, preparandonos para la cena y todas esas cosas cursis y maravillosas que hacen las parejas recién casadas cuando disfrutan de su primera navidad juntos.

***Se lleva las piedras de los arreglos, por el amor de Dios.

Sonrío. A pesar de mi perpetuo estado de encabronamiento y amargura inherente, sonrío por que se avecina nuestra primera navidad juntos ¿y por qué no he de hacerlo? Nos tenemos el uno al otro, tenemos trabajo, comida y techo y un gato que se acurruca entre nosotros a acicalarnos.

La verdad es que las cosas podrían estar peor.

!Saludos!
Atte,
El Kushiage
~ Por cierto, mil disculpas por la falta de actualizaciones y por el horrible formato que tuvo hoy esta entrada. Estos infelices bloquearon cualquier acceso a blogs gracias a algún imbécil que tuvo la gran idea de treparse código con esta cosa. Pero ahí hacemos lo que podemos.

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