jueves, 8 de agosto de 2013

De Brochetas y Celulares Modernos

"No todo el cambio es crecimiento, así como no todo el movimiento es hacia adelante"
~ Ellen Glasgow (1873 - 1945)


Hola, mi nombre es la Brocheta y tengo en mis manos, por primera vez en mi vida, un celular "inteligente y con pantalla táctil" de mi propiedad.

Sorprendente, quiero pensar, que un ingeniero en sistemas en este mundo moderno del 2013, no haya poseído uno de esos aparatitos, pero tengo mis razones. Primeramente ¿conocen ésta gráfica?


Para los no iniciados, se conoce como la "Gráfica de la Teoría de Difusión de Innovaciones", y es una teoría de cómo se distribuye la adoptación de ideas en una sociedad dada. El extremo izquierdo contiene a las personas que NECESITAN tener el último grito de la moda, en el extremo derecho, en ese punto rojo en el 0, estoy yo.

Yo soy el proverbial usuario que apaga las luces al salir. Yo actualizo algo porque deja de funcionar o porque me impiden continuar sin hacerlo: soy de los que actualizan su "juatsap" porque el servidor le impide conectarse con una versión vieja, de los que dejó Windows XP porque la máquina nueva venía con otro SO y soy de los que tienen que dejar su plan de datos porque la compañía en la que están ya no lo ofrece*.

*En este momento reclamo haber acuñado el concepto de "lealtad por apatía".

Bueh, por lo menos vino con un una reducción de precio y un celular nuevo gratuito. Con pantalla táctil.

Odio las pantallas táctiles.

Maldigo el día en que Steve Jobs regresó a Apple y se trajo consigo su miedo a los botones. Maldito sea el día en que convenció a la mayoría que un estorboso objeto rectangular, ridículamente plano, estúpidamente frágil, con 45 minutos de batería real y una pantalla perpetuamente manchada de grasa de dedos era mejor que un celular robusto con teclado completo**. No estoy tan seguro que era un "visionario" como tal, creo que simplemente era bueno convenciendo a la gente a ver las cosas como él quería que las vieran***.

**Sí, ya sé que hay algunos con teclado completo, pero de todas maneras tienes que tocar la pantalla para algunas funciones.
***Y hacerles pagar diez veces más por ellas, evidentemente. Y no solo eso, que le agradezcan por hacerles pagar ese precio.


Soy vieja escuela y como tal presiona todos mis botones neuróticos el ver una pantalla manchada de grasa de dedos. Soy de la época en las que los monitores de CRT tenían que ser constantemente limpiados por culpa de los imbéciles que las embarraban con sus manotas por señalar cosas en la pantalla y, tiempo después, había que proteger los de LCD de esos mismos mamoncetes que las manchaban y lastimaban las pantallas para ver los "colores chidos" que se mostraban mientras asesinaban la vida media del dispositivo.

No, no soy un extraño al "touch". Palm lo estaba haciendo muchos muchos años antes que la manzanita y que la gran S y todos los demás, pero por lo menos esos venerables dispositivos tenían la dignidad de traer una plumita. Ciertamente eran tiempos más civilizados.

Y digo más civilizados porque éstos aparatos no son para neuróticos: me enloquecen las manchas en la pantalla, es más frágil que los sentimientos de una niñita mimada de doce años, los iconitos significan lo que el desarrollador cree que significan, hay que volver a aprender a escribir y no hay forma de retroalimentación de escritura que no me desquicie: los soniditos me dan ganas de aventarlo a la pared, la vibración me enerva y gracias al Sr. Trabajos no hay botones.

Curioso, pero mientras respaldo la información de mi viejo y confiable BlackBerry Curve 9300 no puedo sino sentir nostalgia por los tres años de servicio que me brindó el aparato. El celular, con botones que se cayeron hace mucho, lleno de raspones, heridas y abolladuras, plástico desbaratado y calcas difuminadas fue un querido compañero en muchas horas solitarias con las novelas que cargué en él y una herramienta de trabajo muy útil.

Pero no todo fue amor y alegría, conste, hay una razón por la que BlackBerry se estaba yendo a la quiebra: porque se lo merecen. En mi vida vuelvo a comprar un aparato de esa marca.

En fin, termino mi diatriba. Hay que cambiar, supongo. Trataré de olvidar la conducta aprendida de "no toques las pantallas" mientras encuentro cómo instalarle un lector de PDFs decente a este aparatejo. Westeros espera.

!Saludos!
Atte,
El Kushiage
~ ¿Ahora cómo mierdas puedo justificar el decirle a mis chilpayates "!no toques eso!" si toda la puñetera tecnología es táctil?

PD. ¿A alguien más le enfurece que un celular se venda al precio de una buena computadora portátil?

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