"Hola obscuridad, mi vieja amiga
he venido a hablar contigo otra vez"
~ Simon & Garfunkel: The Sounds of Silence
¿Alguna vez han estado sentados solos en la obscuridad? Ayer en la noche, gracias a la excepcional infraestructura eléctrica que tenemos en Guadalajara, pude darme el lujo de hacerlo.
Eran las 3 AM cuando un relámpago iluminó mi cuarto, seguido de una explosión lejana y la muerte instantánea de todos los aparatos eléctricos en mi cuarto. Esperé unos momentos con la esperanza que regresara para poder seguir perdiendo el tiempo en la red, tratando de asesinar mi insomnio... nada.
Me tomó unos momentos para acomodar mi silla, moverme a tientas hacia el balcón y abrir la puerta para que entrara la deliciosa brisa nocturna. Me regresé a mi cuarto y me eché a mi cama, a pensar.
No puedo ver nada...
"A veces de noche, enciendo la luz para no ver mi propia oscuridad"
~ Antonio Porchia (1885 - 1968)
¿Por qué le tememos a la obscuridad? Tengo que ser sincero, de niño yo no temía a la obscuridad... le tenía pánico; pánico a ella y a lo que podría llegar a esconder: En ella los monstruos, villanos y abominaciones de mis caricaturas favoritas tomaban vida, en ella Mum-rah invocaba a los espíritus del mal y me transformaba en un mutante bajo su control, y no había Leon-oh que me salvara. Era un miedo irracional que me hacía maldecir que mi apagador no estuviera a un lado de mi cama, tenía que apagar la luz y correr despavorido para arrojarme y arroparme hasta el cuello para quitarme el miedo.
Pasó el tiempo y con él viene la experiencia y la razón, y ahora que soy mayor le temo a la obscuridad por los memorables carajazos que me he acomodado en el dedo chiquito del pie izquierdo cuando voy por agua (y SIEMPRE es el dedo chiquito del pie izquierdo, es como el enfermo cervatillo de la manada de los dedos: siempre es el primero que atacan los muebles depredadores). Esta horrible obscuridad, antes enemiga, ahora me permite momentos de paz para reflexionar; pero no se confundan, hablo de la obscuridad donde pones tu mano enfrente de tu cara y no la ves; de esas que podrías cortar con un cuchillo si fueras capaz de encontrarlo.
¿Qué será lo que nos asusta de la obscuridad? ¿Será que la creemos la manifestación física de lo que no conocemos? ¿Habrá pasado algo tan horrible en las primeras épocas de la humanidad que su recuerdo está arraigado en nuestros genes? ¿O será que cuando estamos en la obscuridad, sólo quedan las imágenes que llevamos con nosotros? Cuando no se puede ver hacia afuera sólo nos queda ver hacia adentro, hacia el interior del alma.
La negación de la vista siempre avispa los otros sentidos, y no hay nada como no ver nada para darte cuenta que tampoco escuchas nada.
... Tampoco escucho nada...
"Hay pocas cosas tan ensordecedoras como el silencio"
~ Mario Benedetti (1920 - 2009)
¿Cuántos enemigos del silencio conocen ustedes? Oh vamos, sáben a lo que me refiero: esas personas que son incapaces de callarse, que siempre tienen el radio o la televisión prendidas para "escuchar ruido", que necesitan audífonos para trabajar en el silencio de la oficina; todas estas personas son enemigas del silencio.
Quizás sea por una buena razón, porque hay de silencios a silencios: está el silencio expectante, la calma antes de la tormenta, de un penal de tu equipo favorito; está el horrible silencio que sigue cuando te dan una mala noticia; está el silencio entre las parejas, terrible realización que algo está mal; está el silencio obligado, el que la autoridad te impone; está el asesino silencio de los exámenes, ese en el que se dan cuenta que quizás no fue buena idea estudiar en el último momento; pero también está el silencio que uno pide, el que uno necesita, el que nutre, en el que se puede escuchar a uno mismo.
Creo que hay tantos silencios como hay emociones, creo que hay tantos silencios como habemos personas.
... Y estoy solo.
"El Hombre es el único ser que sabe que está solo"
~ Octavio Paz (1914 - 1998)
Para rematar, estaba solo, y esto era lo peor. Ciego, sordo y solo.
Los humanos somos animales sociables, animales que necesitamos vivir en sociedad para formarnos completos (a menos que se nos boten las canicas y nos perdamos en el bosque para vivir como hermitaños). Necesitamos de otros tanto como otros necesitan de nosotros, nos vemos reflejados en el espejo de los otros y nos formamos a nosotros mismos en base a esa imagen. Un hombre solo es un hombre sin reflejo.
La soledad es lo peor que le puede pasar al ser humano. Hay una gran diferencia entre estar solo, que es voluntario, y la soledad, que es impuesta.
Creo que tememos estar solos porque tenemos miedo de estar con nosotros mismos, porque es horrible estar solo con un desconocido. El estar sentado en la obscuridad me ayudó a dialogar un rato con ese hombre que soy, uno que no me gusta por sus defectos, uno con el que no vivo satisfecho, uno que me gustaría cambiar.
La soledad es complicada en estos tiempos modernos: la tecnología hace que podamos estar al pendiente de todos y de todo, sin embargo cuando más solo me siento es cuando estoy rodeado de mucha gente, creo que la soledad no significa necesariamente estar sin alguien a tu alrededor. Quizás a lo que tememos es a la soledad emocional, a no tener a nadie y que nadie nos tenga a nosotros: eso es lo que asesina al hombre y lo orilla a cosas desesperadas ¿Cuántas personas no conocemos que están en relaciones destructivas por el temor a estar solo? Imagínense no importarle a nadie, que nadie les cuente sus esperanzas, imagínense no tener a quien impresionar, a quien amar, quien te ame, con quién compartir tus sueños, tus logros, con quien envejecer, por quién levantarse todos los días de la cama.
Después de un rato, volvió la luz.
Encandilado, me acerqué a tumbos a mi máquina y la encendí... y bendito sea Dios que regresó la luz, ya me estaba volviendo loco.
Saludos
~ El Kushiage
Solo en el refri