"La práctica tonta y perversa de maldecir profanamente y decir malas palabras es un vicio tan malo y bajo que cualquier persona de sentido y carácter la detesta y la desprecia"
~ George Washington (1732 - 1799)
Llegó a mi atención el que mis lectores están divididos. Hay aquellos quienes aplauden mi sinceridad y son nutridos por la amargura, el sarcasmo y las maldiciones que escupo en esta página, orgullosos de nuestra vulgaridad, y hay aquellos quienes, obviamente apelando a las buenas costumbres*, se horrorizan por las groserías y maldiciones con las que coloreo mis entradas.
*Pero igual de groseros que yo.
Jorgito Güachinton tiene razón, pero maldita sea, maldecir es mi pasatiempo favorito.
Ignoro por qué, sé que se ve mal, pero pocas cosas me causan tanto placer en el mundo como maldecir. Desde joven, quizás por la influencia de mis tíos por parte de mi madre, las malas palabras llenan mi corazón de alegría al repartirlas y etiquetar a aquellos que se las han ganado a pulso.
Puede ser por flojera, podría decirle a alguien que por favor se haga una vasectomía lo más pronto posible para mantener libre la piscina genética humana de su dureza mental, pero es mucho más fácil (y satisfactorio) llamarle un imbécil**.
**Además, no todos saben lo que es una vasectomía.
Soy muy mal hablado y me enorgullezco de ello. Vaya, toma años de entrenamiento vomitar majaderías por minutos enteros; se podría decir que es como un arte vocal. Caerle bien a las personas jamás ha sido un objetivo en mi vida.
Sin embargo, la brochetita me ha señalado nuevamente el contrato social que firmé a regañadientes cuando llegué gritando y pateando a esta sociedad tapatía que tanto odio y por lo mismo he decidido bajarle el tono a las groserías. Que conste, sin embargo, que no por esto prometo ser más civil o dejar de insultar a quienes se lo merecen o dejar de señalar las cosas que están extremadamente mal en nuestra vida diaria, pero por lo menos será sin el uso de las denominadas "malas palabras".
Supongo que cualquiera puede maldecir, por eso es tan gratificante.
!Saludos!
Atte,
El Kushiage
~ !Misma amargura, menos groserías! ¿Hasta dónde hemos llegado?
~ George Washington (1732 - 1799)
Llegó a mi atención el que mis lectores están divididos. Hay aquellos quienes aplauden mi sinceridad y son nutridos por la amargura, el sarcasmo y las maldiciones que escupo en esta página, orgullosos de nuestra vulgaridad, y hay aquellos quienes, obviamente apelando a las buenas costumbres*, se horrorizan por las groserías y maldiciones con las que coloreo mis entradas.
*Pero igual de groseros que yo.
Jorgito Güachinton tiene razón, pero maldita sea, maldecir es mi pasatiempo favorito.
Ignoro por qué, sé que se ve mal, pero pocas cosas me causan tanto placer en el mundo como maldecir. Desde joven, quizás por la influencia de mis tíos por parte de mi madre, las malas palabras llenan mi corazón de alegría al repartirlas y etiquetar a aquellos que se las han ganado a pulso.
Puede ser por flojera, podría decirle a alguien que por favor se haga una vasectomía lo más pronto posible para mantener libre la piscina genética humana de su dureza mental, pero es mucho más fácil (y satisfactorio) llamarle un imbécil**.
**Además, no todos saben lo que es una vasectomía.
Soy muy mal hablado y me enorgullezco de ello. Vaya, toma años de entrenamiento vomitar majaderías por minutos enteros; se podría decir que es como un arte vocal. Caerle bien a las personas jamás ha sido un objetivo en mi vida.
Sin embargo, la brochetita me ha señalado nuevamente el contrato social que firmé a regañadientes cuando llegué gritando y pateando a esta sociedad tapatía que tanto odio y por lo mismo he decidido bajarle el tono a las groserías. Que conste, sin embargo, que no por esto prometo ser más civil o dejar de insultar a quienes se lo merecen o dejar de señalar las cosas que están extremadamente mal en nuestra vida diaria, pero por lo menos será sin el uso de las denominadas "malas palabras".
Supongo que cualquiera puede maldecir, por eso es tan gratificante.
!Saludos!
Atte,
El Kushiage
~ !Misma amargura, menos groserías! ¿Hasta dónde hemos llegado?
NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarEs hermoso cuando blasfemas, es lo que le da color y vida a este espacio privado de reflexion.
No lo hagas!!.. vamos, mejor pon un disclaimer que diga, CUIDADO SI USTED LEE ESTO ESTE PREPARADO PARA LENGUAJE SOEZ Y DESNUDOS EXPLICITOS... y listo con eso quedas cubierto.