"El único error es aquél del cual no aprendemos nada"
~ John Powell (1963 - )
El otro día mientras hacía cola en la tiendita de la esquina, tuve la oportunidad de observar un escarabajo negro que intentaba volar. El animalito miraba hacia la pared de la tiendita y levantaba el vuelo sólo para chocar contra la pared y caer dolorosamente al suelo. Tiempo después lograba darse la vuelta e intentarlo nuevamente, con el mismo patético resultado.
Sé que generalmente es el caso de los insectos que se estrellan contra una pared y se quedan atorados por un buen rato, ya que su instinto ante un obstáculo es subir, pero la necedad de este bichito era legendaria*.
*Y no fui el único que se tomó el tiempo de observarlo, claramente lo obstinado del animalito no pasó desapercibido y pronto tenía un público de dos o tres observándolo.
Finalmente, como buen ocioso, tomé al animalillo y lo coloqué lejos de la pared para que pudiera despegar. Sin embargo, más tardé yo en cambiar su dirección que él en caminar de regreso a la pared y estrellarse otra vez, ante el quejido de los espectadores.
Entonces pensé: hay sabiduría en esto** ¿Cuántas veces hemos sido nosotros ese escarabajo, testarudos, estrellándonos contra nuestros problemas de la misma forma? ¿Cuántas veces nuestros amigos y conocidos, pudiendo ver más lejos, nos intentan colocar en la ruta correcta, sólo para que los ignoremos y sigamos estrellándonos contra la pared?
**Y por supuesto, una entrada en el blog.
Sí, había sabiduría en la vida del escarabajo: si a la primera no lo logras resolver tus problemas, intenta otro ángulo, no sea que termines bajo la chancleta de una muchacha fresa que llegó a comprar cerveza.
!Saludos!
Atte,
El Kushiage
~ Si a la primera no lo logras, inténtalo nuevamente. Luego date por vencido, tampoco vale la pena perder el tiempo.
~ John Powell (1963 - )
El otro día mientras hacía cola en la tiendita de la esquina, tuve la oportunidad de observar un escarabajo negro que intentaba volar. El animalito miraba hacia la pared de la tiendita y levantaba el vuelo sólo para chocar contra la pared y caer dolorosamente al suelo. Tiempo después lograba darse la vuelta e intentarlo nuevamente, con el mismo patético resultado.
Sé que generalmente es el caso de los insectos que se estrellan contra una pared y se quedan atorados por un buen rato, ya que su instinto ante un obstáculo es subir, pero la necedad de este bichito era legendaria*.
*Y no fui el único que se tomó el tiempo de observarlo, claramente lo obstinado del animalito no pasó desapercibido y pronto tenía un público de dos o tres observándolo.
Finalmente, como buen ocioso, tomé al animalillo y lo coloqué lejos de la pared para que pudiera despegar. Sin embargo, más tardé yo en cambiar su dirección que él en caminar de regreso a la pared y estrellarse otra vez, ante el quejido de los espectadores.
Entonces pensé: hay sabiduría en esto** ¿Cuántas veces hemos sido nosotros ese escarabajo, testarudos, estrellándonos contra nuestros problemas de la misma forma? ¿Cuántas veces nuestros amigos y conocidos, pudiendo ver más lejos, nos intentan colocar en la ruta correcta, sólo para que los ignoremos y sigamos estrellándonos contra la pared?
**Y por supuesto, una entrada en el blog.
Sí, había sabiduría en la vida del escarabajo: si a la primera no lo logras resolver tus problemas, intenta otro ángulo, no sea que termines bajo la chancleta de una muchacha fresa que llegó a comprar cerveza.
!Saludos!
Atte,
El Kushiage
~ Si a la primera no lo logras, inténtalo nuevamente. Luego date por vencido, tampoco vale la pena perder el tiempo.