"A fin de cuentas, todos somos hombres muertos. Por desgracia no podemos escoger cómo, pero lo que sí podemos decidir es cómo enfrentaremos ese final, para que seamos recordados, como hombres."
~ Proximo, Gladiador (2000)
~ Proximo, Gladiador (2000)
Misiva de Leonul Bota de Plata, Supervisor Interino del Hogar en las Montañas "Peras de Granito", hacia el Duque Sir. Sturd Cavachong Von Portajust I, Todólogo del Portal Justo, año 270.
11 de Granito, primavera
Reporte del Año 19.
Su majestad, me veo en la penosa necesidad de informarle que Peras de Granito ha caído. No por los goblins, no por las hordas de muertos vivientes, sino por nuestra propia arrogancia.
Como recordará, el año pasado cavamos un foso para dejar caer a los invasores a las profundidades con el fin de automatizar la limpieza de la entrada principal. Cavamos hasta las cavernas y mediante puentes en la superficie que controlábamos en nuestro cuarto de palancas creamos la trampa sádica perfecta: nada que limpiar, nada qué recoger, los enemigos y caravanas enfadosas eran dejadas una docena de pisos para convertirse en horribles manchas en el suelo de las cavernas.
Funcionó bien, y era bueno.
Lo probamos con el ejército goblin anual y resultó de maravilla, nos felicitamos los unos a los otros, nos dimos palmadas en la espalda y nos fuimos a embriagar. Por desgracia, en nuestra soberbia, no pensamos que hacer un agujero que recorriera todos los niveles de nuestra fortaleza era una mala idea.
Arribó entonces Ithul LienzoCortado, una pulga voladora gigantesca hecha de puro diamante. Es la cosa más magistral y mortal que he visto en mi vida. Era una enorme Bestia Olvidada formada por diamante consciente, brillante y hermosa.
E imposible de romper.
Apareció en la caverna. Trepó por el foso y entró al Comedor Real, rugiendo y despedazando enanos. En ese entonces estábamos su primo y yo discutiendo la producción de comida del año, como él ya estaba pensando en retirarse, me iba transfiriendo poco a poco sus funciones.
Cuando arribó la Bestia, como enloquecida, destrozando sillas y mesas, logramos escapar gracias a la aparición de la noble Milicia pero ellos, armados con piezas de hierro, fueron incapaces de hacer mella en el cuerpo del insecto. Uno a uno los fue agarrando con sus tenazas y decapitándolos, o dejándolos horriblemente magullados, hasta que "La Perfección del Enclaustramiento", "Las Mansiones Ocultas" y "Los Pueblos Lisos" fueron totalmente exterminados. Corrimos hacia la superficie.
Urist y yo nos separamos, él me gritó que nos refugiáramos en los niveles superiores y que comenzáramos una barricada: una pared hecha de la piedra más fuerte que encontráramos. Creo que en su corazón sabía que no íbamos a sobrevivir ésta invasión.
Lo vi que entró a la sala de artefactos y emergió blandiendo a Krasartung, la espada Artefacto que hace muchos años había hecho uno de nuestros más talentosos artesanos. Me dio un apretón en el hombro y me pidió que pusiera a cuantos pudiera a salvo, hecho esto dio la media vuelta y se adentró a las profundidades.
Para ese entonces la Bestia ya había trepado aullando al área de dormitorios.
Su alteza Sturd, me dan náuseas sólo de recordar los asquerosos sonidos que escuchábamos los que nos quedamos en la superficie, desesperadamente tratando de construir una barricada que detuviera el avance de la Bestia Olvidada.
Poco a poco comenzamos a cerrar el pasillo principal, mientras que recuperábamos a los supervivientes que podíamos. Finalmente estábamos a punto de completar el último fragmento cuando la Bestia de Diamante emergió de las profundidades, lanzando un chirrido que hasta la fecha me hace estremecer. Estaba totalmente manchada de sangre, pedazos de carne y tripas.
Nos miró con ojos pálidos, multifacéticos, ojos en los que sólo había vacío y se propuso a saltar. De pronto aulló de dolor. En su espalda sobresalía la hermosa Krasartung, y agarrando firmemente el mango estaba Urist.
Nos gritó para que cerráramos el agujero y me avergüenzo confesar que lo obedecimos, como hipnotizados por la fatalidad de su voz; estaba herido, se veían varias heridas a través de sus ropas. Por los segundos restantes que colocamos las piedras entrelazadas y las reforzamos con mortero vimos como Urist gritaba obsenidades a la Bestia mientras le descargaba sonoros porrazos con la espada.
Lo último que vi fue como Urist perdió a Krasartung al quedársele embedida en el torso de la bestia y era atravesado por las garras de Ithul LienzoCortado.
Tomamos cuantas herramientas pudimos para defendernos en el evento que el monstruo derribara la pared. Armok sabe que lo intentó: corría y se estrellaba contra la pared, golpeaba la muralla, la rascaba y arañaba, pero no pudo traspasarla. Hicimos guardia toda esa noche, pero nada llegó. Asumo que se quedó en los niveles inferiores metódicamente despedazando todos y cada uno de los que quedaron atrapados.
Quedamos ciento quince en ese entonces.
De doscientos cuarenta.
No es necesario decir que la moral estaba por los suelos, su majestad. No teníamos comida ni bebida, por lo que colocamos una destilería y una cocina para preparar alimentos básicos. Gracias a Armok que alguien había traído un hacha en las manos cuando sucedió la masacre, si no no hubiéramos podido talar árboles para hacer los muebles necesarios.
Durante ese tiempo, perdimos a varios por la melancolía. En las noches alcanzábamos a escuchar gritos sofocados del otro lado de la pared y como si manos golpearan la inexorable roca. Nos negamos a derribar la pared. Por mucho sufrimiento que haya causado en el mundo inferior, no podemos permitir que la Bestia escape a la superficie y ponga en peligro más vidas. Decidimos que los Emparedados de Peras de Granito pasarán a la historia como un horrible sacrificio necesario.
Y que Armok nos perdone.
Preparamos alimentos y víveres para el viaje, afortunadamente es medio verano y falta mucho para la helada, estimamos que llegaremos al siguiente asentamiento del Portal Justo antes del invierno.
Antes de partir, tallamos advertencias y cerramos todas las puertas y puentes. Recogimos lo que pudimos y cargamos los vagones con ellos, con la esperanza de cambiarlos en el camino por alimentos o lo necesario para la supervivencia.
En honor a Urist McKushiage, Héroe de Peras de Granito, solicitamos asilo para nuestro pueblo. Ya me había hablado su primo de usted con gran emoción en la voz, me dijo que es un enano justo y honrado, que usted sabría que hacer.
Espero que ésta misiva lo alcance antes que nosotros, va amarrada a la mejor paloma mensajera que queda. Esperamos ver las murallas del Portal Justo antes del Invierno.
A sus órdenes,
Leonul Bota de Plata, Supervisor Interino del Asentamiento Abandonado "Peras de Granito".
PD. En honor al sacrificio de Urist McKushiage, nuestro mejor tallador realizó un cuadro en la pared que encierra los niveles inferiores. Sobre las advertencias y las imágenes de peligro, se encuentra el siguiente grabado:
11 de Granito, primavera
Reporte del Año 19.
Su majestad, me veo en la penosa necesidad de informarle que Peras de Granito ha caído. No por los goblins, no por las hordas de muertos vivientes, sino por nuestra propia arrogancia.
Como recordará, el año pasado cavamos un foso para dejar caer a los invasores a las profundidades con el fin de automatizar la limpieza de la entrada principal. Cavamos hasta las cavernas y mediante puentes en la superficie que controlábamos en nuestro cuarto de palancas creamos la trampa sádica perfecta: nada que limpiar, nada qué recoger, los enemigos y caravanas enfadosas eran dejadas una docena de pisos para convertirse en horribles manchas en el suelo de las cavernas.
Funcionó bien, y era bueno.
Lo probamos con el ejército goblin anual y resultó de maravilla, nos felicitamos los unos a los otros, nos dimos palmadas en la espalda y nos fuimos a embriagar. Por desgracia, en nuestra soberbia, no pensamos que hacer un agujero que recorriera todos los niveles de nuestra fortaleza era una mala idea.
Arribó entonces Ithul LienzoCortado, una pulga voladora gigantesca hecha de puro diamante. Es la cosa más magistral y mortal que he visto en mi vida. Era una enorme Bestia Olvidada formada por diamante consciente, brillante y hermosa.
E imposible de romper.
Apareció en la caverna. Trepó por el foso y entró al Comedor Real, rugiendo y despedazando enanos. En ese entonces estábamos su primo y yo discutiendo la producción de comida del año, como él ya estaba pensando en retirarse, me iba transfiriendo poco a poco sus funciones.
Cuando arribó la Bestia, como enloquecida, destrozando sillas y mesas, logramos escapar gracias a la aparición de la noble Milicia pero ellos, armados con piezas de hierro, fueron incapaces de hacer mella en el cuerpo del insecto. Uno a uno los fue agarrando con sus tenazas y decapitándolos, o dejándolos horriblemente magullados, hasta que "La Perfección del Enclaustramiento", "Las Mansiones Ocultas" y "Los Pueblos Lisos" fueron totalmente exterminados. Corrimos hacia la superficie.
Urist y yo nos separamos, él me gritó que nos refugiáramos en los niveles superiores y que comenzáramos una barricada: una pared hecha de la piedra más fuerte que encontráramos. Creo que en su corazón sabía que no íbamos a sobrevivir ésta invasión.
Lo vi que entró a la sala de artefactos y emergió blandiendo a Krasartung, la espada Artefacto que hace muchos años había hecho uno de nuestros más talentosos artesanos. Me dio un apretón en el hombro y me pidió que pusiera a cuantos pudiera a salvo, hecho esto dio la media vuelta y se adentró a las profundidades.
Para ese entonces la Bestia ya había trepado aullando al área de dormitorios.
Su alteza Sturd, me dan náuseas sólo de recordar los asquerosos sonidos que escuchábamos los que nos quedamos en la superficie, desesperadamente tratando de construir una barricada que detuviera el avance de la Bestia Olvidada.
Poco a poco comenzamos a cerrar el pasillo principal, mientras que recuperábamos a los supervivientes que podíamos. Finalmente estábamos a punto de completar el último fragmento cuando la Bestia de Diamante emergió de las profundidades, lanzando un chirrido que hasta la fecha me hace estremecer. Estaba totalmente manchada de sangre, pedazos de carne y tripas.
Nos miró con ojos pálidos, multifacéticos, ojos en los que sólo había vacío y se propuso a saltar. De pronto aulló de dolor. En su espalda sobresalía la hermosa Krasartung, y agarrando firmemente el mango estaba Urist.
Nos gritó para que cerráramos el agujero y me avergüenzo confesar que lo obedecimos, como hipnotizados por la fatalidad de su voz; estaba herido, se veían varias heridas a través de sus ropas. Por los segundos restantes que colocamos las piedras entrelazadas y las reforzamos con mortero vimos como Urist gritaba obsenidades a la Bestia mientras le descargaba sonoros porrazos con la espada.
Lo último que vi fue como Urist perdió a Krasartung al quedársele embedida en el torso de la bestia y era atravesado por las garras de Ithul LienzoCortado.
Tomamos cuantas herramientas pudimos para defendernos en el evento que el monstruo derribara la pared. Armok sabe que lo intentó: corría y se estrellaba contra la pared, golpeaba la muralla, la rascaba y arañaba, pero no pudo traspasarla. Hicimos guardia toda esa noche, pero nada llegó. Asumo que se quedó en los niveles inferiores metódicamente despedazando todos y cada uno de los que quedaron atrapados.
Quedamos ciento quince en ese entonces.
De doscientos cuarenta.
No es necesario decir que la moral estaba por los suelos, su majestad. No teníamos comida ni bebida, por lo que colocamos una destilería y una cocina para preparar alimentos básicos. Gracias a Armok que alguien había traído un hacha en las manos cuando sucedió la masacre, si no no hubiéramos podido talar árboles para hacer los muebles necesarios.
Durante ese tiempo, perdimos a varios por la melancolía. En las noches alcanzábamos a escuchar gritos sofocados del otro lado de la pared y como si manos golpearan la inexorable roca. Nos negamos a derribar la pared. Por mucho sufrimiento que haya causado en el mundo inferior, no podemos permitir que la Bestia escape a la superficie y ponga en peligro más vidas. Decidimos que los Emparedados de Peras de Granito pasarán a la historia como un horrible sacrificio necesario.
Y que Armok nos perdone.
Preparamos alimentos y víveres para el viaje, afortunadamente es medio verano y falta mucho para la helada, estimamos que llegaremos al siguiente asentamiento del Portal Justo antes del invierno.
Antes de partir, tallamos advertencias y cerramos todas las puertas y puentes. Recogimos lo que pudimos y cargamos los vagones con ellos, con la esperanza de cambiarlos en el camino por alimentos o lo necesario para la supervivencia.
En honor a Urist McKushiage, Héroe de Peras de Granito, solicitamos asilo para nuestro pueblo. Ya me había hablado su primo de usted con gran emoción en la voz, me dijo que es un enano justo y honrado, que usted sabría que hacer.
Espero que ésta misiva lo alcance antes que nosotros, va amarrada a la mejor paloma mensajera que queda. Esperamos ver las murallas del Portal Justo antes del Invierno.
A sus órdenes,
Leonul Bota de Plata, Supervisor Interino del Asentamiento Abandonado "Peras de Granito".
PD. En honor al sacrificio de Urist McKushiage, nuestro mejor tallador realizó un cuadro en la pared que encierra los niveles inferiores. Sobre las advertencias y las imágenes de peligro, se encuentra el siguiente grabado:
"Este es un grabado de la más alta calidad. En él se encuentra la Bestia Olvidada Ithul LienzoCortado y Urist McKushiage el enano. Ithul LienzoCortado está en una pose lastimera y Urist McKushiage se está riendo."
!Saludos!
Atte,
El Kushiage
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